¿Hemos abandonado nuestro jardín interior?
Alejandro Jodorowsky: Temprano en la mañana, cuando salí a dar mi caminata habitual, me topé con una elegante señora que con todo cinismo estaba esperando que su perro defecara junto a la puerta de mi edificio. La miré. Cuando el can terminó de obrar, la dama, sin dar una mirada de excusas, se alejó dando pasos estilo dueña del mundo. Me hubiera gustado contarle esta historia:
Los propietarios de una gran casa decidieron hacer un largo viaje de placer a través del mundo. Buscaron a un guardián para que les cuidara su mansión mientras estuvieran fuera. Una vez firmado el contrato, los amos se fueron dejando todas las piezas cerradas con llave. El cuidador se instaló en el cuarto de sirvientes, desde donde veía sólo el jardín. El pasto había sido invadido por ortigas, los árboles eran devorados por hormigas y las flores languidecían. “¡Cómo es posible -pensó- que tan ricos propietarios hayan despreciado este rincón de buena tierra!” Y cada día dedicó la mayor parte de su tiempo a cultivar el jardín hasta convertirlo en un hermoso vergel. Sus amigos, que no lo habían visto hacía mucho, se treparon a un muro y, al sorprenderlo trabajando con fervor, estallaron en carcajadas. “¡Eres un necio! ¿Para qué salvas un jardín que no es tuyo?” El guardián contestó: “Estas plantas no crecen en el jardín de alguien, crecen en la tierra. Simplemente las cultivo porque las amo”. Y por discreción, no agregó: “El planeta, nuestro cuerpo, nuestra mente, la vida misma, son un jardín prestado. Las cosas parecen tener propietario pero con el tiempo resulta que son de nadie y son de todos. Y esa propiedad común, a su vez, sólo pertenece a la Causa Primera que la anima. Muchos se sienten ajenos a esta realidad. Tienen la dolorosa sensación de que nada les pertenece y ven con tranquilidad el daño que sufre la Naturaleza porque ‘pertenece a los otros’. Yo no soy un individuo separado, soy parte de la Humanidad y estoy convencido que lo que hacemos en provecho del planeta y de los otros es en beneficio del alto destino de la raza humana.”
El jardín abandonado también puede ser el símbolo de nuestro espíritu. Aunque influencias sociales exteriores, los malos amos, hayan hecho que los valores humanos se desvíen, plantas enfermas, a nosotros nos toca extirpar las malezas, pensamientos erróneos implantados para mejor explotarnos, y paso a paso, con trabajo de jardinero apasionado, hacer florecer en nuestro espíritu las naturales verdades.
¡Que difícil! Trato de mantener siempre mis cosas en orden y limpias, pero en los lugares comunes de la casa (vivo con mis padres) la poca voluntad que tengo para mejorar las cosas se ve disminuida cada vez que limpio o arreglo algo y a los pocos días lo encuentro de nuevo como antes.
Siento que limpiar la suciedad de ellos no me corresponde, son sus problemas y visión de mundo la que ha saturado la casa de cachivaches.
¿Que creen?
yo también siempre he creído que la casa de uno es reflejo de su interior, no se trata de tener una casa lujosa para aparentar sino de que sea cómoda y agradable, y cuando vivía con mis padres siempre sentí que la suciedad y el desorden de la casa era reflejo de sus problemas, sólo quería salir de ahí y tener mi propio espacio. Ahora que lo tengo, veo que en gran medida repito muchos patrones, con lo cual me doy cuenta de que sigo habitando el mismo lugar mental que entonces, a pesar de haber cambiado el físico y que me queda mucho por trabajar.
búscate tu propio espacio!!!!