¿Y a ti? ¿Qué te excita?
Me excitan ciertas prendas y ciertas partes del cuerpo en concreto ¡¿soy un fetichista?!
Clínicamente es una parafilia, es decir, encontrar el “amor” (placer sexual), “al margen de” (la cópula). No hay que confundir el fetichismo con la excitación natural que provoca un escote o unos hombros musculosos, una minifalda o un bañador masculino ajustado. Pero en el caso de que sólo logres el orgasmo a través del contacto de la falda o el bañador, sí estamos hablando de este tipo de parafilia.
¿Qué dice el psicoanálisis del fenómeno fetiche?
Freud, quién escribe, “siempre se vuelve a los primeros amores”, en “Tres ensayos para una teoría sexual”, refiere que el fetiche es un sustituto de los objetos sexuales primarios, el pene y el clítoris, y está relacionado con las primeras experiencias placenteras.
¿Qué otra manera hay de analizar el comportamiento fetichista?
El objeto fetiche representa metafóricamente un recuerdo encubridor que nos oculta el verdadero deseo del fetichista. Debemos hacer una lectura simbólica. Por ejemplo, las pieles o cabellos que deberían se asocian a la formación pilosa del monte de Venus; los zapatos a los genitales femeninos.
¿Estamos hablando de metáforas?
Dice Alejandro Jodorowsky que se podría decir que hay metáforas sexuales en el fetichismo; también que la poesía es la metáfora del lenguaje; una metáfora emocional sería la niñita que juega con muñecas; hay metáforas corporales o de acción en la psicomagia y el psicochamanismo donde se realiza una acción que el inconsciente comprende…
Volvamos sobre el fetichismo ¿Algún ejemplo cinematográfico sobre el fetichismo?
En un Oeste simbólico, un pistolero llamado El Topo (interpretado por Alejandro Jodorowsky) se enfrenta a una banda de fetichistas, comandada por un coronel lascivo, que mantiene asolada a una congregación franciscana violando curas y ejecutando a los habitantes del pueblo.
¿Es malo, pues, el gusto por utilizar ciertos estímulos para llegar a la excitación sexual?
El problema surge cuando para lograr el placer sexual se somete a otra persona contra su voluntad o ciertas prácticas se convienten en tóxicas, obsesivas o adictivas. Por lo demás, debemos tener permiso para explorar y gozar de todas las experiencias placenteras a las que nuestra inagotable energía creativa nos lleve.
Imagen: Arthur de Pins