Utilizar nuestra alma como medicina

Utilizar nuestra alma como medicina

Un artículo de Eric Rolf.

Hay 12 puntos sencillos que saber nos permite poder utilizar a nuestra propia alma como medicina:

1.Saber que la existencia es una sola cosa, que está completamente consciente, y que se comunica con todas sus partes o aspectos. La vida sabe lo que hace y nos habla.

2.Saber que el universo es amistoso y te está apoyando hasta cuando no lo parece.

3.Saber que creamos nuestra realidad, que las cosas no nos pasan a nosotros por casualidad que más bien ocurre desde nosotros y con algún sentido.

4.Saber que somos únicos, y que somos capaces de pensar, imaginar y crear o hacer cualquier cosa de alguna forma.

5.Saber que la vida es un misterio que cambia de un instante al otro y que todo está en movimiento y que al mismo tiempo está inimaginablemente bien organizada.

6.Saber que somos 99 por ciento espiritual o no-materia, y solo el uno por ciento materia.

7.Saber que el mundo físico tiene mas sentido como metáfora que como algo solo denso. La Realidad crea realidad en metáforas de tres dimensiones.

8.Saber que no existen casualidades y que cada persona es un alma que está aquí con un propósito de evolucionar. Esta vida es una aventura espiritual, el safari del alma.

9.Saber que la vida es muchísima más creativa o mágica que mecánica. Estamos inmersos en un gran océano de una creatividad continua.

10.Saber que la primera relación es la que tenemos con nosotros mismos, que es para aceptarnos y ser responsable de nuestros actos. Es este sentido de responsabilidad creativa que nos permite aprender y cambiar nuestros actos y sus consecuencias.

11.Saber que el alma no se enferma, pero si hay que alimentarla. Si no alimentas tu alma, parece que tu vida se muere de hambre. La respiración consciente, La meditación y oración, el arte, la risa y el buen humor incluyendo el humor negro, y la limpieza a todos los niveles son algunos de los principales alimentos del alma.

12.Saber que siempre nos estamos mirando en un espejo metafórico por la cual la vida, lo mas profundo de nosotros mismos, lo que nos une con el misterio, nos esta hablando, guiando y divirtiendo.

Las 12 sabidurías son como unas frutas o delicias de la vida que si las pruebas no solo verás que son ciertas y espiritualmente nutritivas sino que también son capaces de transformar tu experiencia de qué es ser un ser humano vivo.

Todo conocimiento veraz tiene sus raíces en lo que se llaman las leyes universales o espirituales. Pero lo que ocurre con solo declarar las leyes es que son abstractas y no siempre podemos hacer el puente desde ella a nuestras vidas. A ese puente le llamamos conocimiento.

Las 12 grandes sabidurías no son ni consejos míos ni advertencias o prohibiciones. No incluyen ni aconsejan directamente ninguna acción, ni ninguna prohibición. Pero como bien sabes es la conciencia, el conocimiento y las creencias de cada uno quienes dictan sus acciones—ni el buen consejo ni por supuesto la prohibición sirve si no se acoplan a nuestro conocimiento y a nuestras creencias-.

Las librerías y bibliotecas están llenas de buenos consejos y la política tanto social como la política religiosa llena de prohibiciones, pero siguen los actos atroces y la baja calidad de vida tanto espiritual como física. No es que faltan más consejos o prohibiciones, falta conocimiento y falta conciencia.

Afortunadamente no tiene porque ser así y existen otras alternativas para ir ampliando nuestro conocimiento. Imagínate uno que está nadando y después de un tiempo uno se cansa, pero cuando paras de mover los brazos y las piernas notas que te hundes y si no vuelves a nadar, notas que te vas a ahogar. Entonces alguien que te acompaña te dice “si te relajas, si te pones plano de espaldas, el agua te sostiene, flotas. Ahora a ti solo te toca probarlo o no. No tienes que entenderlo, solo probarlo. Si lo pruebas, flotas y descansas hasta que te apetece volver a nadar. Hasta es posible que haya una corriente que mueva el agua en la misma dirección donde tú te diriges y ella misma te lleva a tu destino, como un barco de vela llevado por el viento. Esto no requiere demasiado esfuerzo físico pero si requiere conocimiento, y la conciencia de mantener la vela correctamente alineada con la corriente del viento.

¿Qué mas probable es lo peor que puede pasar si pruebo esta nueva acción? En la gran mayoría de los casos relativamente muy poco en sentido negativo. Quizás invertir un tiempo, o un esfuerzo, pero suele ser poca cosa en comparación con el problema o con las posibilidades positivas del conocimiento.

Lo espiritual más esencial no se mide físicamente pero sí es accesible y utilizable a través de la conciencia y su instrumento, que es la mente. La vida nos escucha y responde. La comunicación entre nosotros y la vida es de doble vía, aunque nosotros no siempre escuchamos.

Lo cierto es que nadie es capaz de definir ese gran misterio que es la existencia. Pero sí lo podemos tener de experiencia directa arriesgando nuestras creencias limitadas y probando otras más amplias. Si todo en la vida puede crecer de alguna forma, me parece que nuestra idea de Dios también, y esa es la relación fundamental que tenemos con el misterio creativo y consciente.

Te digo que la vida está inimaginablemente bien organizada y consciente aunque nosotros podemos andar de espaldas a lo que está ocurriendo. Ya hace miles de años que los yoguis y otros sabios sabían que la vida no es continua, aunque lo parece. Decían los yoguis que tenemos un cuerpo nuevo con cada respiración completa. Hoy los físicos quánticos dicen lo mismo en más gran escala. Dicen que el universo entero se apaga y se enciende en el tiempo (de Hilbert) un tiempo abstracto, matemático. Básicamente esto es como la película de cine, que aunque parece continua en pantalla, cuando la miras de cerca ves que son fotogramas distintos. También dicen los físicos que el universo depende del observador, que el observador crea y cambia los resultados. Así que una observación distinta de uno mismo en otro tiempo es claramente capaz de manifestar cambios directos de un instante para otro.

Sócrates lo dijo ya hace siglos, “el que quiere cambiar el mundo, primero tiene que cambiarse a sí mismo.”

Eric Rolf

Fuente: centronagual.es