Una pequeña verdad siempre es preferible a una inmensa mentira.
El cuento de los cien afghanis.
El hijo de Mulla Nasrudin fue a ver a su padre y le dijo: “Esta noche he soñado que me dabas cien afghanis”
-Pues bien, dijo Mulla, como eres un hijo sensato, estos cien afghanis que te he dado en sueños no te pediré que me los devuelvas. Puedes guardártelos y comprarte lo que te apetezca.
Alejandro Jodorowsky: Mulla Nasrudin enseña, como un buen maestro, que hay que saber distinguir la ilusión de la realidad. Si tú sueñas que yo soy algo importante para ti, no voy a decepcionarte. ¡Benefíciate de tu sueño, pero debes saber que eso no tiene nada que ver conmigo! No obstante, si tienes ilusiones, toma conciencia de su naturaleza.
Mulla le dice a su hijo: «Si crees en la existencia de esta ilusión, ¡vívela! ¡Veamos lo que puedes sacar de ella y lo que puedes comprar con ella!»
Le provoca un conflicto y el niño se da cuenta del carácter ilusorio de su sueño. En el fondo, Mulla lo que le está diciendo es lo siguiente: La verdad que tú buscas, búscala en ti mismo, ¿Cómo vas a alcanzarla ¡Ahuyenta de ti tus sueños! ¡Basta con eso!
¡Este hombre no te ama! ¡Se ha acabado! ¡Deja de pedirle cualquier tipo de conmiseración: ¡estás ciego! ¡No tiene nada que darte! ¡Se ha acabado! ¡Ahora dedícate a vivir!
Una pequeña verdad siempre es preferible a una inmensa mentira. Imagina que has estado casado durante cincuenta años y que en el momento de tu muerte, el otro viene a escupir sobre tu tumba. Antes, te sonreían esperando tu herencia y luego te ponen en un rincón del panteón familiar. No significas ya nada. Es terrible haber vivido un sueño insensato y no haber hecho nunca frente a la realidad.
Alejandro Jodorowsky, en “La sabiduría de los cuentos” (ed. Obelisco)
Imagen: Carlos Sánchez Pereyra