Una mente llena de prejuicios es como una casa con pequeñas ventanas
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Una «mente de principiante» es lo opuesto a una mente llena de prejuicios.
Las ideas preconcebidas, el afán de control, la fobia a la incertidumbre, obstaculizan la percepción de la riqueza que la vida ofrece en el camino.
El que cree saberlo todo y cierra su intelecto a la naturaleza infinita de percepciones, sensaciones, sentimientos, ideas, formas y vivencias, es como construirse una casa con ventanas minúsculas y atrincherarse en su oscuridad para siempre.
Cada vez que dices «no sé», abres un gran balcón a la consciencia. Cada vez que conectes con la capacidad de asombro, la «mente de principiante» llenará de luz tu experiencia presente.