-Acabo de descubrir a un nuevo maestro, su forma de tratar los problemas me parece absolutamente revolucionario.
-¿Qué tiene de especial?
-Es distinto, su mensaje me ha llegado, su filosofía resuena en mi interior. Creo que es ahí donde está “la verdad”
-¿No dicen que la verdad es una tierra sin caminos?
-Intuyo que es la verdad porque han dejado de interesarme todas las disciplinas que practicaba. Las he retirado de mi vida como si se tratara de trastos viejos. Ya sólo lo sigo a él.
-La “verdad” no puede estar en una única cabeza. ¿Pregúntate si sigues al maestro o a la novedad que supone su método?
-Los caminos nuevos se adaptan a nuestras nuevas necesidades. A la tradición sólo la sustenta el tiempo.
-Sin embargo el tiempo es un juez implacable. Si algo no tiene consistencia se acabará disolviendo como el azúcar en una taza de café.