
Siguiendo con el trabajo de auto-observación tratando de conectar con personajes que viven en nuestro interior.
-¿A quien quieres que busquemos en esta ocasión? -dijo el maestro.
-Son tantos los personajes interiores que no se por donde seguir.-Respondió su discípulo.
-Quiero que el poder esté siempre en tus manos. En este trabajo, al igual que sucede en los cuentos, deberás descubrir tus aliados y tus enemigos.
-¿Por qué?
-Porque es importante conocer las propias fuerzas saboteadoras internas para evitar echarle la culpa de nuestros fracasos a alguien exterior.
-Sin embargo esos personajes negativos existen. Me parece que todos podemos dar fe de ellos porque nos los hemos cruzado en alguna ocasión.
-Te será más útil observar a cualquier personaje oscuro exterior como un reflejo de una personalidad que llevas en tu interior y de la que -por ignorancia- no conoces nada.
-Reconozco que me encantaría conocer la memoria de encarnaciones pasadas y mi pasado ancestral. Revelar mi karma hasta donde sea posible.
-El ejercicio que te propongo aquí es otra cosa. En ningún caso pretendo llevarte hacia mundos fantásticos. No sabría hacerlo y además tengo cierta desconfianza de que alguien pueda hablar con precisión de cirujano sobre las infinitas vidas pasadas.
-Que no creas en ello no significa que no exista. Hay tantas cosas que desconocemos.
-Desde mi punto de vista lo que fuiste te ha llevado hasta este preciso instante, este es el punto que me interesa y sobre el que se puede trabajar.
-¿Acaso no hay pasado y futuro? ¿Qué hay de negativo en hablar sobre ello?
-Imagina una larga, casi infinita escalera. Estás situado sobre un escalón concreto, ahí nos hemos encontrado. Es cierto que para llegar a este escalón los dos hemos tenido que subir muchos escalones y también es cierto que puede que nos falten muchos por subir.
-¿Dónde quieres ir con esta metáfora?
-Este escalón es lo “real”… perder el tiempo en discusiones sobre donde se apoya la escalera y el número de escalones subidos no nos llevará más lejos de lo que ya estamos. Trabajar centrándonos en el número de escalones que faltan por subir o la altura de la escalera es desenfocarnos de lo único que tenemos.
Ahora plantéate seriamente si con eso no estás tratando de escapar de la realidad.