Tres fábulas cortas con animales. Alejandro Jodorowsky

Tres fábulas cortas con animales. Alejandro Jodorowsky

Alejandro Jodorowsky: Los escritores de fábulas han usado como personajes a animales porque en la prehistoria, cuando el cerebro humano se estaba formando, los animales fueron considerados maestros, dando origen con sus conductas a divinidades totémicas. La rana, por ejemplo, fue el origen de la diosa Afrodita. Es por eso que en los cuentos de hadas, a veces una rana es una princesa encantada. (¡Fuera máscaras: las princesas son afrodisíacas!)… Para seguir con la tradición, hoy presento tres fábulas cortas con animales:

EL DEVORADOR.- Un cocodrilo gigante se había apoderado de los pantanos, sembrando el pánico. Una cacatúa y un papagayo comentaban: «¡Qué monstruo horrible! ¡Se comió a nuestro amigo jabalí! ¡Devoró a la prima avestruz! ¡El buen venado desapareció en sus fauces! ¡Es un asesino!»… Al atardecer, cuando el saurio dormía en la orilla con la panza repleta, un castor vio a la cacatúa y al papagayo picoteando las mandíbulas del criminal. Les preguntó: «¿Qué hacen ahí?» Y el par, cínicamente respondió: «¡Nos alimentamos de los pedacitos de carne que le quedan entre los dientes!»
COMENTARIO.- Antes de criticar, estudia hasta que punto eres cómplice.

EL CUADRUPEDO ILUSO.- Un gran guerrero cazó y domó a un caballo que vivía feliz galopando por las praderas salvajes. Juntos conquistaron ciudades y países. El herbívoro comenzó a pensar: ¡»Qué poderoso soy!» Un día mataron a su jinete. El animal exclamó:»¡Yo continuaré la conquista del mundo!» Y atacó una fortaleza. Lo mataron en unos segundos y dieron su carne a los perros.
COMENTARIO.- Mi amigo Pablo trabajaba con un millonario, produciendo películas. Logró realizar varias con el dinero de su protector. Al cabo de un tiempo, como artistas, técnicos y comerciantes lo saludaban con respeto, se sintió importante. Abandonó a su productor, creyendo que él solo podía realizar muchos filmes. ¡Todos dejaron de recibirlo, burlándose de sus proyectos!

EL FIN DE UN NOBLE OFICIO.- En un reino lejano, abundaban las serpientes cobras. Los fakires las hipnotizaban y haciéndolas danzar se ganaban la vida. Un niño imprudente se creyó fakir y trató de encantar a los reptiles. Estos lo picaron, quitándole la vida. El rey al enterarse de esto, ordenó:»¡Desde hoy, bajo pena de muerte, se prohibe hipnotizar a las cobras!» Y es así como los fakires profesionales se murieron de hambre.
COMENTARIO.- El ser humano tiene niveles diferentes de desarrollo espiritual. Lo que es mortal para unos puede ser vital para otros. La prohibición nunca engendra una solución. Es mejor educar que impedir