Martin Seligman, Glenn Doman y Howard Gardner fueron su inspiración.
Aplicamos sus teorías en el Colegio Montserrat a partir del año 1994. Con Doman, supimos que podíamos intervenir en la primera infancia para generar una buena organización neurológica y, con Gardner, descubrimos las inteligencias múltiples.
Siempre hay algo en lo que eres bueno.
Sí, y debemos utilizar esa inteligencia, sin despreciar las demás, para tener éxito. Si trabajamos nuestras fortalezas alcanzaremos la excelencia, si trabajamos nuestras mediocridades seremos mediocres.
Ahora están ustedes en el candelero.
Nuestra apuesta de cambio fue absoluta, pero hay que seguir investigando, bebiendo de muchas fuentes: pedagógicas, neurológicas, sociológicas, de teoría económica…, porque eso da como resultado un alumno con muchos recursos y competencia global.
¿Qué ha sido lo más difícil?
Ver profesores que no quieren cambiar por comodidad. Hay mucho profesor cansado que cuando no consigue que sus alumnos avancen los culpa a ellos y se retira, pero lo hace dentro del aula.
¿Cuál cree que es la motivación fundamental del ser humano?
Sentirse útil. Pero a nosotros también nos gusta preparar para el naufragio, porque todos sabemos nadar, ¿pero cuántos nos salvaríamos en un naufragio? Y también trabajamos la tolerancia a la frustración y la identificación de las creencias negativas sobre uno mismo que entorpecen tanto la vida.
Ha creado usted una escuela para profesores reconocida internacionalmente.
Lo tuvimos claro desde el principio: El mayor recurso es un profesor consciente de su trabajo. Cuando al profesor le ayudas a reflexionar sobre el valor de su trabajo y le das herramientas para llevarlo a cabo, es capaz no sólo de superarse, sino de mantener una motivación en el aula.
Profesor y alumnos se retroalimentan.
Sí, cuando el profesor ve el cambio en los alumnos, se crea un círculo virtuoso en el que el profesor mejora para que mejoren los alumnos. Y es así como el profesor se convierte en un emprendedor y los alumnos dejan de ser consumidores.
¿Dejan de engullir información?
Sí. La creatividad del profesor aplicada a las diversas materias genera creatividad en los alumnos, es decir, más preguntas que respuestas, espíritu crítico y propuestas.
¿Qué ha entendido del fracaso escolar?
Que permitir que un alumno crea que fracasa es cortarle las alas. A veces una mala nota en matemáticas genera una serie de creencias negativas con uno mismo que no le permiten ser excelente en lo que es excelente.
¿Usted se ha sorprendido a sí misma?
Me ha sorprendido generar un proyecto tan valorado desde tantas ópticas distintas. Pero de todos los reconocimientos, el que más hondo me ha llegado es que me dijeran que he generado esperanza.
Es un gran piropo.
No tengo la exclusiva. Vivimos en un reducto del mundo más que privilegiado. Ojalá tengamos la sensibilidad de hacer cosas por esa inmensa mayoría no privilegiada. Mi campo es la educación: un grito de libertad en un mundo que llora, ¿cuál es el suyo?…
Fuente: La Vanguardia, extracto de una entrevista con Montserrat del Pozo, pedagoga, pionera en aplicar las inteligencias múltiples