Etiquetado: Arcano XIII

El Arcano sin nombre: Los niños no me imaginan. Si pudieran hacerlo, dejarían de se ser niños, pues soy el final de la infancia. Quien me encuentra en su camino se vuelve adulto: sabe que me pertenece.

Plano sin fin: “Se acabó la eterna adolescencia en la que he vivido” Punto final a una época de mi vida que parecía eterna… Como no tenía permiso para seguir creciendo me detuve en una etapa del camino.

El Arcano sin nombre: Devoro sus dificultades, sus triunfos, sus fracasos, sus amores, sus decepciones, sus placeres, sus dolores, sus padres, sus hijos, su orgullo, sus ilusiones, su riqueza, lo devoro todo.

Plano sin fin: Esta carta invita a una limpieza radical del pasado, a una revolución que se sitúa en las profundidades no-verbales o preverbales del ser. Significa que debemos afrontar una transformación necesaria para poder renovarnos y ascender en dirección a la realización total.

El Arcano sin nombre: Mi destrucción permanente abre la vía a la creación constante. Si no hay fin, no hay comienzo. Estoy al servicio de la eternidad.

Plano sin fin: A un nivel metagenealógico vemos dos cabezas cortadas sobre las que se apoya el esqueleto para avanzar. Esas dos cabezas podrían ser los conceptos heredados de los padres que necesitamos eliminar para seguir avanzando en nuestro camino vital.

El Arcano sin nombre: Sólo existe la vida, es decir el cambio.

Plano sin fin: Parece que cuando entramos en contacto con la energía de este arcano, estamos de alguna manera realizando un trabajo sobre nuestro inconsciente. El psicoanálisis también se relaciona con el arcano XIII

El Arcano sin nombre: Daré un último apunte, el más temido por la gente que carece de consciencia, la muerte. La mayoría de los seres, ignorantes, vienen a mí a través de la guerra, el crimen, el vicio, la enfermedad, las catástrofes. Raros son los que alcanzan ese estado de consciencia pura en que me convierto en el apogeo de la realización.