Todos varones, blancos y cuidadosamente seleccionados para proyectar una imagen acorde con la trascendencia histórica de su misión. Todos ellos tenían entonces alrededor de 40 años.
La Luna les dio fama mundial, no siempre bien digerida. Para algunos fue una puerta de entrada a la política, al mundo de las altas finanzas y a la televisión. Otros se decantaron por la vertiente religiosa, fundando sus propias religiones, o estudiando los fenómenos paranormales. Incluso hay un pintor que se ha dedicado ha recrear ese momento el resto de su vida.
¿Qué ha sido de ellos?
Apolo 11: Neil Armstrong y Aldrin han pagado el precio de una fama desmedida. Un autógrafo del primero alcanza los 5000 euros en eBay. Aldrin padeció problema de alcoholismo y depresión crónica.
Apolo 12: Pete Conrad se vinculó a empresas de la industria aeronáutica y también como comentarista para cadenas de televisión. Alan Bean cambió la NASA por los pinceles. Su monotema: el espacio y la exploración de la Luna.
Apolo 14: Alan Shepard es recordado como el primer jugador de golf de la Luna. Edgard Mitchell fundó un instituto de ciencias para promover estudios sobre temas no reconocidos por la ciencia (psíquicos y paranormales)
Apolo 15: David Scott se vio envuelto en un caso de comercialización no autorizada de material filatélico. James Irwin fundó su propia congregación religiosa, organizó varias expediciones al monte Ararat, en Turquía, en busca de los restos del arca de Noé.
Apolo 16: Para John Young, es el único astronauta que ha pilotado cuatro clases distintas de vehículo espacial. Charles Duke también experimentó un profundo cambio espiritual a raíz de su experiencia en la Luna. Se proclamó un «cristiano renacido”
Apolo 17: Eugene Cernan disfruta del título de último hombre en la Luna y ha aparecido muchas veces en los medios. Jack Schmitt fue el único geólogo profesional que ha explorado la Luna. Se presentó al Congreso y fue elegido.