¿Qué es eso de «la proyección»?
Quedamos muy sorprendidos cuando en el cine, a nuestro lado se sientan personas con poca educación y desconsideradas. Esas que en medio de la función se ponen a hablar por el móvil en voz alta, no respetan el silencio de los otros y comentan la película a gritos. Sin embargo, en general, nadie está dispuesto a ver sus propios defectos. Esas características que no somos capaces de ver en nosotros mismos, pero que por una extraña razón se nos sientan al lado para ver si las percibimos.
¿Ese mecanismo no siempre es negativo?
También podemos proyectar nuestra parte más luminosa sobre un maestro, al que pasaremos a admirar incluso con devoción. En general aquello que vemos de positivo en él también estará -latente como potencial- en nosotros.
No comprendo esa necesidad de proyectar si todos vivimos bajo la misma realidad
Al parecer hay tantos mundos como individuos, por tanto puede resultarnos de mucha utilidad observar atentamente el que vemos, el propio. Aunque para eso hay que conocerse y la mayoría de veces somos unos grandes desconocidos incluso para nosotros mismos.
Entonces hay algo que falla ¿Qué sucede con todos los movimientos políticos y sociales que están continuamente tratando de cambiar el mundo?
Si lo piensa bien, durante la juventud es frecuente que nos asalte el deseo de cambiar el mundo. Queremos erradicar la pobreza, acabar con el hambre y las guerras. Sin embargo estos deseos positivos suelen esconder algunas trampas, la principal consiste en tratar de ayudar a los demás sin ser capaces de ayudarnos a nosotros mismos.
¿Qué es lo que podemos cambiar?
El único «mundo» que podemos tratar de arreglar es el propio. Es nuestra actitud frente a lo que nos sucede lo que sí podemos transformar, recordando que el verdadero cambio opera desde el mismo corazón hacia afuera.