
Se escuchó varios gritando ¡yo! ¡yo! ¡yo! … Difícil identificarlo entre la maraña de voces y personajes.
¿Quién ejercía de “yo director” entre aquella nebulosa de egos y de cacofonías disonantes?
Pensó que tal vez el que debería asumir ese mando había delegado en otro u otros. Lo cierto es que parecía que allí reinaba la anarquía más absoluta…
Alguien apuntó que sin llegar a delegar, creía que algunas decisiones se estaban tomando a espaldas del director.
En ese momento el personaje central dio un golpe en la mesa y tomó la palabra. Dijo: “es en los momentos de crisis, cuando hay una situación de verdadero peligro, cuando asumo mi poder directivo y pongo a cada cual en su sitio”
PD: Aquello solo era una obra de teatro. Aunque podríamos estar hablando de cualquier persona concreta porque todos contenemos multitudes.