¿Qué tiene que ver el día de los Santos Inocentes con la costumbre de gastar bromas?
La fecha del 28 de diciembre tiene doble sentido. Por un lado los cristianos conmemoran la matanza de los Santos Inocentes y por el otro, la tradición indica un día festivo para realizar cualquier tipo de humorada.
Esta festividad tiene un equivalente anglosajón, que se celebra el 1 de abril y se llama “April Fool’s Day”, el Día de los tontos, nombre realmente más acorde con el origen de la fiesta.
La idea generalizada acerca del origen de las bromas en esta fecha comenzaron durante el reinado de Carlos IX de Francia.
A mediados del siglo XVI, las celebraciones de Año Nuevo en Francia comenzaban el 25 de marzo y terminaban una semana después, el 1 de abril. En 1564 el rey decretó la adopción del calendario gregoriano y el Año Nuevo se trasladó al 1 de enero.
La leyenda sugiere que muchos franceses opuestos al cambio o que simplemente lo olvidaron siguieron intercambiando regalos y festejando en la semana que concluía el 1 de abril. Los bromistas decidieron ridiculizarlos entregando regalos absurdos y convidando a fiestas inexistentes, y así nació la tradición de hacer bromas el primer día de abril.
El nombre pescado de abril, que recibe la víctima de las bromas, está relacionado con el zodiaco: todo acontecimiento que acaecía en esa fecha era relacionado con el hecho de que el Sol abandonaba la constelación de Piscis. Napoleón I fue llamado “pescado de abril” cuando se casó con María Luisa de Austria un 1 de abril.
Así que cuando le gastamos una broma a un amigo o amiga, en realidad no festejamos una matanza de santos inocentes. Estamos repitiendo una tradición de siglos.