¿Qué sabes de la historia de tu familia?

¿Qué sabes de la historia de tu familia?

Escribir sobre las propias raíces es de lo más sanador que existe. Desde muy pequeños aprendemos la historia de nuestro país, de nuestra cultura, etc. Pero la historia familiar es algo a lo que apenas se le presta atención.

Perdóneme, pero ¿hay alguna utilidad real en conocer la historia familiar?

Sin ninguna duda. Nacemos en un momento histórico determinado, compartimos el espacio con nuestros hermanos y la historia personal de nuestros padres nos marca profundamente. Pero más allá de la importancia de nuestros padres, también están sus hermanos y los conflictos que hay entre ellos.
Cuando nacemos nos asignan un nombre, es decir un «contrato», que establece inconscientemente una serie de principios. ¿Nos dan un nombre que nunca ha sido usado en el árbol genealógico o llevamos el nombre de uno de nuestros padres? El nombre nos confiere una identidad, en ocasiones significa que cargamos con algo que supone una dificultad para realizarnos.

Un árbol genealógico tiene ramificaciones infinitas. En genealogía es frecuente que alguien averigue hasta la décima generación, o incluso más allá. ¿Dónde están los límites? ¿Cúales son los datos que debemos investigar?

No tiene mucho sentido ir más allá de nuestros bisabuelos. Es decir, aunque resulte interesante descubrir que un ancestro de la décima generación fue un personaje histórico de cierta relevancia. Sin embargo en esa décima generación situada 300 años antes de nuestro nacimiento estamos emparentados con prácticamente una cadena de 1000 personas. Es un sueño infantil pensar que ese personaje histórico tiene algo que ver con nosotros.
En cuanto a los datos básicos hablaríamos de los nombres, fechas de nacimiento, bodas, tipo de muertes de los padres, tíos, abuelos con sus hermanos y bisabuelos. Tipo de trabajos que desempeñaron estos ancestros y las ruínas, así como los cambios de país, a los que se vieron sometidos durante su vida.
En cualquier caso, cuantos más datos se obtienen, será posible realizar un estudio más detallado. Observamos las repeticiones entre otras cosas…

¿A qué niveles nos afecta nuestro árbol genealógico?

A nivel material y corporal, relacionado con nuestra hermandad. La relación con nuestros padres y tíos nos marca a nivel creativo-sexual. Nuestros abuelos nos conectan con el nivel emocional. Por último, parece que determinadas ideas nos llegan a través de nuestros bisabuelos. Sin embargo todo está conectado, parece que vamos cargando a todo el árbol sobre nuestras espaldas…