El maestro respondió, sabiendo que detrás de esa pregunta, estaba escondido un terrible miedo a la locura:
-Bastan tres generaciones de neuróticos, ondeando la bandera de la represión, para crear un psicótico. Éste fabricará con el material reprimido un bonito repertorio de síntomas, y llevando la bandera como camisa de fuerza, lo encerrarán en el manicomio.
Una persona sana que no produce obra puede acabar en el psiquiátrico. En ese caso, habrá cortado la conexión con “el mundo”, y por tanto no será capaz de convivir con los demás. El psiquiátrico viene a ser la representación exterior de ese encierro interior. Lo que ocurre fuera no deja de ser un reflejo de lo que sucede dentro.
¿Cómo sacar a un hombre del manicomio? Cuanto antes, debe dar trabajo a sus “demonios interiores” en lugar de expulsarlos.
Almanaque Sanador