Anders Sandberg: Soy matemático e informático, pero la investigación más terrorífica que he analizado era de psicología cognitiva…
¿Inteligencia artificial?
Revelaba la torpeza de los humanos para reconocer qué les hace felices y qué infelices.
Siempre es más fácil verlo en otros.
El trabajo también daba pruebas de lo incapaces que somos de detectar los hábitos y conductas que nos hacen desgraciados.
¿Cuáles son esos tristes mecanismos?
Uno de los más habituales en nosotros es confundir el fin con los medios. Pusieron una máquina a los simios con palancas. Cuando las accionaban, expulsaban unas fichas de plástico que podían introducir en otra máquina para sacar plátanos.
Era darles culturilla financiera.
Demasiada, porque los convirtieron en maximizadores racionales de beneficio y, en lugar de ir sacando sus monedas cada vez que tenían hambre y sacar uno o dos plátanos, que hubiera sido lo juicioso…
¿Actuaron como humanos?
Efectivamente: el macho alfa se lio a tortas con los micos beta, que pugnaban por darle a la palanca de las monedas con frenesí, hasta que las atesoró todas y, como cualquier ricachón, se fue a un rincón con cara de mala uva para que nadie tocara su dinero.
Hoy tendrá más plátanos que amigos.
Como tantos humanos, el triste primate cometía el primer gran pecado contra la felicidad: confundir el medio con el fin. El dinero sólo es el medio que sirve para tener comida, que es el fin, pero cuando lo atesoras lo conviertes en el objetivo. Y te quedas solo.
Los plátanos saben mejor compartidos y si no los compartes, se pudren.
La segunda derivada de esa confusión entre medios y fines es reducir a los demás a meros medios para lograr tus fines egoístas. De ese modo degradas tus relaciones con los demás humanos y te privas de su calidad de seres infinitamente diversos. Y te vuelves a quedar solo.
Extracto de una entrevista con Anders Sandberg, investigador del Instituto del Futuro de la Humanidad de Oxford.
Fuente: La Contra de La Vanguardia
1 Comentario
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Muy interesantes los consejos para salir del ego. Aquì hay un grupo de personas que manejan la meditaciòn zen guiados por una monja que vive en Francia. Ya me uniré a ellos.