¿Qué enseñan las mejores escuelas del mundo?

¿Qué enseñan las mejores escuelas del mundo?

Mi misión es buscar las mejores escuelas del mundo, averiguar por qué lo son y enseñar a otras a imitarlas.

¿Cómo empieza un día de cole en una escuela de las mejores?

El profesor espera en la puerta del aula a cada alumno y los saluda uno por uno.

¿Y eso mejora su rendimiento escolar?

Los humanos no nos esforzamos por mejorar, sino para que los demás vean que mejoramos y, cuando eres un niño o un chaval, la primera referencia y testigo directo de tu esfuerzo y progreso personal es tu profesor.

¿Y por eso debe darte la mano?

Ese ejercicio simbólico refuerza lo que los clásicos definían como paideia, la relación especial que se establece entre profesor y alumno para mejorar a ambos. En las mejores escuelas, la paideia es más estrecha e intensa que en las menos buenas.

¿Y en el cole se saludan igual que padres e hijos cada día al llegar a casa? (O deberían).

Una vez en el aula, el buen profesor enseña a los alumnos a aprender. Ese proceso se resume en dar a los estudiantes todo el apoyo tecnológico para que decidan qué quieren saber; descubran cómo aprenderlo y después -es lo esencial- integren esos nuevos saberes en sus vidas y así las mejoren con ellos.

Eso ya suena muy difícil.

Es integrar el aprender a ser con el aprender a hacer. Sin lo segundo, no hay lo primero.

 

Veo que le importa más cómo aprenden los chavales que lo que aprenden.

La mayor parte de los contenidos que aprendimos en el colegio varían durante el resto de nuestras vidas, pero ser consciente de que eres capaz de encontrar los recursos para valerte por ti mismo te será siempre igual de útil.

Aprender a hacer es una actitud: ¿y aprender a ser?

Nuestros valores son: determinación para aprender; disciplina para perseverar en el esfuerzo; concentración y, en fin, visión para fijarte objetivos: ambiciosos a largo plazo; realistas a medio, y sencillos a corto.

¿Y con eso basta?

Además, la escuela debe equipar al escolar con la capacidad de compromiso para responder fielmente al grupo cuando le necesitan: debe enseñarle a ser y, además, sentirse fiable para todos sus compañeros.

¿Y sin todos esos valores no puedes salir adelante tu solito?

He conocido brillantes graduados con excelentes notas en Harvard que acaban a los 40 años en un Starbucks o cualquier otro empleo precario, porque no han desarrollado las habilidades que eran realmente necesarias.

Pero eran buenos estudiantes, ¿no cree?

Muchos pueden sacar buenas notas, pero no hay sitio en las universidades para darles empleos de profesores a todos. Mi hija tiene 17 años y lo importante es que ya está montando su propia empresa, porque ha tenido una buena escuela para ella y para su país.

 

¿Qué tipo de empresa quiere crear?

Está rodeada todo el día de pirados de la alta tecnología musical, así que ha pensado que hay mucho de ese material, por ejemplo, altavoces: tienen un alto valor si se reciclan bien…

¡Estupendo!

Esa iniciativa nace de una buena escuela, donde han discutido sobre el reciclaje con una profesora que le ha abierto mundos para que aprendiera sobre la necesidad de reciclar e integrara esa experiencia en su propia vida.

Pues a ver si logra cuadrar los números.

Si no cuadra esos números, acabará cuadrando otros, porque está formada en los valores primarios de nuestra escuela: creatividad, cooperación y pensamiento crítico. Por ejemplo, convertir un problema, la contaminación, en una solución, una empresa que recicla y le da trabajo a ella y a otros amigos.

¿Por qué suena tan bien?

Porque hay una enorme necesidad de escuelas que enseñen a los chavales a descubrir su enorme potencial, a desarrollarlo y transformarlo en esperanza y crecimiento para todos. Por eso me siento útil abriendo mundos a escuelas y profesores.

Fuente: Extracto de una entrevista con Cindy Johanson en  La Vanguardia

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