¿Preferimos continuar dando más importancia a la forma que al contenido?

¿Preferimos continuar dando más importancia a la forma que al contenido?

Más allá del significado profundo y atendiendo a la forma, resulta sorprendente lo diferentes y originales que pueden ser las ceremonias nupciales según el credo y el lugar donde se celebran.
Existen tantos tipos de bodas como religiones, tradiciones y culturas. Podríamos recordar que todo está relacionado, como dicen los sufís, con el tiempo, el lugar y las gentes.

Sin embargo, no parece lógico continuar con ritos que están cada vez más alejados de nuestra actual forma de entender el mundo. Tal vez por este motivo, las ceremonias civiles van sustituyendo a las religiosas.

¿Deberíamos actualizar las ceremonias para adecuarlas al tiempo en el que vivimos?

Lo fundamental en cualquier ceremonia nupcial es el amor que une a la pareja. Sin él, todo lo demás resulta completamente superfluo.

La pregunta de cuántos tipos de bodas religiosas se celebran por el mundo sólo puede responderse con una batería de generalidades. Podemos caer en la tentación de observarlas desde la perspectiva exterior y superficial de su colorido o austeridad, pero en el fondo, cada una de ellas representa a un tipo de sociedad y cultura concreta.

Una variante es el “matrimonio mixto”, formado por dos personas de las cuales una ha sido bautizada en la Iglesia Católica y la otra no, opción que busca una forma de suavizar el choque cultural y de creencias. En la actualidad, las ceremonias por el rito hindú se usan en Estados Unidos para evitar conflictos cuando los novios son de diferentes religiones, algo que por lógica cada vez es más común.

No importa que la boda sea ortodoxa, católica, judía, budista, escocesa, gitana, sintoísta, etc. Lo único relevante debería ser que dos personas hayan decidido unirse para caminar juntas por la vida. O bien, ¿preferimos continuar dando más importancia a la forma que al contenido?

La boda es un acto consciente y será poco importante si la convertimos en una fiesta adolescente, una costumbre o una obligación impuesta.

Parejas sin fin