Ya que has venido, poeta, enséñanos lo ilimitado.
Al exterior avanza como una res que llevan al matadero,
pero en el interior llénate de la fuerza ardiente del dragón verdadero.
Sin meta ni final, sé lo que sucede.
Volviendo a lo concreto, penetra en lo inefable.
Con la mente plena de luz da pequeños pasos, como si fueras siguiendo a un guía ciego.
Demuele tus muros conceptuales, libérate de las formas, absorbe todas las direcciones.
Que todos tus caminos se entrelazen en un solo camino.
Quedáte en el centro de tu alma, dale un tajo infinito a la materia densa, traspasa las fronteras del cosmos
Que ningún crítico altanero pueda definirte. Ofreciendo el aspecto de una nube muerta, disgrégate ante sus ojos.
De más en menos, te harás maestro invisible.
Podrás parecer una roca inmemorial, pero cuando quieran atraparte sólo encontrarán una corriente de aire que les volará el sombrero.