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La trampa del árbol genealógico nos conduce a un destino.

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Alejandro Jodorowsky: Cuando conoces los problemas que te transmite tu árbol genealógico hay que desidentificarse, haciendo de ese árbol una entidad danzante, aliada y luminosa. Somos portadores de los conflictos no solucionados de nuestro árbol, el cual arrastra mucho sufrimiento aunque también trae consigo muchos dones.

Somos producto de proyecciones, nadie nos ve, todos proyectan imágenes sobre nosotros como en una pantalla de cine. Nos enamoramos de alguien por su forma física, profesión, apellido, nombre de pila, pero no por lo que verdaderamente es esa persona. ¡Nos hemos enamorado de una proyección! Después lucharemos para que esa persona cambie y se amolde a nuestras pretensiones en un feroz combate que acabará por destruirnos.

Pero muchas veces nuestros padres no nos ven, no tienen tiempo, o tienen muy poco para nosotros…

Si tus padres no te han visto como eres, acabas teniendo sed de público acabas siendo actor. Es el síndrome del niño “invisible” que para compensar se transforma en un actor.

Se cometen un montón de atrocidades. ¿Qué podemos hacer?

Hay que detener la culpabilidad, no sirve para nada. Cometer errores es humano, aprendemos de ello para no repetirlos, elevando nuestra conciencia y la de los que entran en contacto con nosotros. ¡Todos nuestros errores son divinizados porque se vuelven útiles a los otros!

¿Qué debemos buscar en el árbol?

El árbol tiene un comportamiento oculto que nos posee. Podemos buscar la “trampa” del árbol. La que nos conduce a un destino más o menos reconocible según sea nuestro grado de conciencia. Si la elevamos, podemos mejorar nuestro destino.

arcoiris

No juzgues, no condenes, no critiques… ¡Ama!

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“Amar es estar contento de que el otro exista,de que esté ahí.

Sin juzgarlo, sin criticarlo, sin desear cambiarlo. Si criticas, no amas”

Alejandro Jodorowsky

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Imagen: Alastair Magnaldo

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LAS CIEN PERSONAS MÁS ESPIRITUALMENTE INFLUYENTES DEL MUNDO EN ESTE AÑO

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LA REVISTA WATKINS PUBLICA SU LISTADO

Desde hace milenios, y en prácticamente todas las culturas, han existido individuos que, por distintas razones, se hacen con una cierta autoridad para aconsejar, guiar o inspirar el desarrollo espiritual de su respectiva sociedad. Bajo distintas figuras, sabios, gurús, chamanes, alquimistas, curanderos, astrólogos, etc, la autoridad de estas personas, generalmente asociada a una especie de linaje o a la simple confianza, adquieren un significativo rol en la vida del resto: les aconsejan y guían en la interacción con las fuerzas que les rodean, factores generalmente metafísicos pero que también inciden directamente en el plano social, comercial, militar, etc.

Fundada en Londres hace más de 120 años, Watkins es una de las librerías más antiguas e influyentes en temas de misticismo, espiritualidad y esoterismo. Anualmente, a través de su revistaMind, Body, Spirit, el establecimiento publica su lista de las cien personalidades más influyentes en el desarrollo del espíritu. Según explicita la publicación, para confeccionar este listado se toman en cuenta tres criterios:

- Que hayan comenzado el año en curso con vida.

- Que hayan realizado una contribución “única y espiritual”, a escala global, durante al año anterior.

- Que estén particularmente presentes en el imaginario y en la mente de las personas (lo cual se determina a través de cuántas búsquedas en Google se realizan con su nombre, o cuántas veces si visitan sus perfiles en Wikipedia).

Sobra decir, pero de cualquier forma haré énfasis en esto, que todo listado conlleva una buena dosis de subjetividad, y que la esencia de todos los ‘tops’ o listas por el estilo, no pueden ser considerados, desde ningún plano, como definitivos. Y dicho esto, los invito a que más allá de reaccionar en acuerdo o desacuerdo con el listado, reflexionar un poco en lo que refleja de nuestra sociedad, el que estos diez personajes hayan alcanzado la cima del ejercicio “Las 100 personas vivas más espiritualmente influyentes del 2014”.

Estas son las 15 personas más espiritualmente influyentes del mundo

15. Alex Grey (USA, 1953)

14. Alejandro Jodorowsky (Chile, 1929)

13. Richard Bach (USA, 1936)

12. Sri Sri Ravi Shankar (India, 1956)

11. Byron Katie (USA, 1942)

10. Paulo Coelho (Río de Janeiro, 1947)

9. Desmond Tutu (Klerksdorp, Sudáfrica, 1931)

8. Dr Wayne W Dyer (Detroit, 1940)

7. Oprah Winfrey (Missisipi, 1954)

6. Deepak Chopra (Nueva Delhi, 1946)

5. Rhonda Byrne

4. Thich Nhat Hanh (Thua Thien, Vietnam, 1926)

3. Papa Francisco (Buenos Aires, 1936)

2. Ekhart Tolle (Lunen, Alemania, 1948)

1. Dalai Lama (Taktser, Tíbet, 1935)

Como hemos podido advertir, los primeros diez lugares de la lista son un bloque esencialmente ecléctico, incluyendo desde jerarcas institucionales de una iglesia, hasta celebridades ‘inspiracionales’, pasando por líderes del budismo tibetano, el zen y, evidentemente, una importante dosis de New Age. Creo que más allá de evaluar la precisión o la calidad de esta selección, parece pertinente, mediante un simple ejercicio analógico, comprobar que este grupo representa, en buena medida, la espiritualidad contemporánea: una enérgica lasaña de influencias milenarias y novedosas síntesis de preceptos místicos.

En cuanto al resto del listado, cuya versión completa puede consultarse aquí, llama la atención la presencia del polémico Jodorowsky (14), el pintor Alex Grey (15), y el compañero original de Timothy Leary que pronto abandonaría la lucha pro LSD para entregarse de lleno a la meditación, Ram Dass (19). También aparecen algunos representantes de la ciencia –lo cual en lo personal me emociona pues de algún modo refleja que en occidente la mente y el espíritu están haciendo, finalmente, las paces–, por ejemplo el brillante bioquímico inglés, Rupert Sheldrake (65).

En fin, quizá sean estas las personas ‘espiritualmente más influyentes del mundo’, pero lo que considero incuestionable es que existen por ahí miles de maestros anónimos, con quienes un encuentro espontáneo en el lugar menos esperado, puede detonar en nosotros un indeleble proceso de aprendizaje. Y disfrazados de conductor de taxi, de carpintero, o de bibliotecario, estas personas, con su cotidiana ‘ejemplaridad’, son responsables de una buena porción de la esperanza evolutiva que hoy tenemos. Por eso este texto es dedicado a ellos, los ejemplares desconocidos.

Twitter del autor: @ParadoxeParadis

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¿Existen los fantasmas?

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“Las partes de la memoria y el olvido

entre dos ramas de una misma familia no son iguales jamás.

Un lenguaje predomina casi siempre sobre el otro, tanto si el olvido ha vencido primero a lo más negligente o a lo menos insignificante,

o que se haya puesto al servicio de ocultaciones voluntarias de secretos de familia insalvables”.

Anne Muxel

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“Los fantasmas no son los fallecidos que vienen a aparecerse,

sino las lagunas dejadas en nosotros por los secretos de los demás”.

Nicolas Abraham

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¿Cómo cortar las anclas que te permitan volar?

¿Cómo quitar las vendas que te permitan ver?

¿Cómo salir del estanque para ver el oceano?

-Esas anclas, esas vendas, ese estanque, son càrceles mentales. Tú eres el vuelo, la visión, el infinito océano. Deja los fantasmas y sé tu mismo.

Alejandro Jodorowsky

El fantasma es un ente existente entre dos mundos (vivos/muertos), que lo percibe sólo quien lo carga de energía psíquica. Para despedir definitivamente un fantasma debemos enterrar metafóricamente lo que él representa: una identidad heredada, una culpa…

¿Y ese mismo concepto pero visto desde la perspectiva de la metagenealogía?

Cinco ejemplos que sirven para ilustrar si estamos cargando con un fantasma:

1.- Llevo el nombre de un ancestro, por ejemplo un abuelo, que murió antes de que yo naciera. La familia se ha encargado de recordarme constantemente lo mucho que me parezco a él, dicen que soy su vivo retrato. Me doy cuenta de lo duro que es competir con esta imagen del “abuelo idealizado” ya que nadie ve quien soy en realidad. El punto más alto de la locura es cuando me pregunto si para que me quieran he de estar muerto, como sucede con el abuelo

2.- Mi hermano mayor murió a corta edad, poco después nací y mis padres me pusieron su nombre. Resulta aterrador pasarme por el cementerio y ver una lápida donde está mi nombre y apellidos. Aunque lo realmente grave es que estoy viviendo la vida no vivida de mí hermano.

3.- Nací en una casa “atestada de hermanos” y como no quedaba espacio me mandaron a la casa de mi abuela. Años después, me dejaron volver cuando murió mi padre. Pasé a ocupar la que fue su habitación, duermo en la que fue su cama, incluso a la hora de comer me siento en el lugar que él ocupaba. No puedo evitar enfadarme cuando mi madre se equivoca y me llama por el nombre de mi padre

4.- Tenía cinco años cuando murió mi abuelo y dada mi corta edad no dejaron que fuera a su entierro. A partir de ese momento se diría que el abuelo se instaló en mi vida, aunque parece algo de locos.

5.-Me han forzado a heredar las pertenencias de aquella abuela que tanto me quería. Su presencia permanece en cada uno de los objetos que le pertenecieron. A lo largo de los años, sigo cargando con ellos evitando la culpa que me produciría sacarlos de mi vida, pues sería como sacar de ella a mi abuela.

¿Qué consecuencias puede acarrearme?

Nada bueno: Rabia, obsesiones, agresividad, búsquedas, sufrimientos, pesadillas, enfermedades graves, accidentes… En definitiva no vas a tener permiso para realizarte ya que al cargar con esa proyección no vas a poder vivir tu vida. Parece que vas a tener prohibido amar, o recibir amor. Tampoco vas a tener el permiso para desear ni para ser tú.

¿Qué puedo hacer al respecto?

Cuando en un acto psicomágico se entierra metafóricamente el fantasma, la persona comienza a llevar el timón de su vida.