Nuestra identidad nos la da el árbol genealógico, por medio de una misión.
¿En qué consiste esa misión?
La misión “loca” del árbol puede consistir en una profesión, en un casamiento, en un repetir sus propias estructuras relacionales: narcisistas, incestuosas, sadomasoquistas, etc.
¿Cómo puedo desprenderme de esa misión absurda?
Traicionando la intención primitiva del árbol, decir no, romper el contrato de mantenimiento neurótico del árbol. En definitiva eso significa “sanar”
¿Para sanar hay que volver a nacer?
Volver a nacer, en el sentido de que hemos de dejar detrás nuestra vieja identidad. No hay que caer en la trampa de volver a la vieja piel…que es lo que pretende nuestro árbol
¡Explíquelo!
Al entrar en un proceso de sanación, decidimos nuestra propia misión, la auténtica, y abandonamos la que el árbol nos encomendó.
¿Dónde está la dificultad?
Al romper el viejo cascarón podemos encontrar resistencias. Obstáculos de mil tipos, que evitan que nos liberemos de ese contrato de lealtad que nos une a él.
Es nuestro árbol, al fin y al cabo
Somos frutos que nacimos un día de ese árbol en particular, y de alguna manera lo elegimos, con sus sombras y sus luces, con sus trampas y sus tesoros. Hay que cortar el cordón, pero agradeciendo.
(Diálogo basado en comentarios de Marianne Costa)
Gracias por las luces, pero desearía pistas para identificar cuando estamos siguiendo lo que el arbol pide o cuando estamos haciendo nuestro propio camino. ¿Cómo saberlo?
Abrazos a todos.