
¿Eso la ayuda a escribir bien?
Escribo desde los cruces entre emoción y razón; en las ambigüedades y contradicciones de las que estamos hechos. El poder, en cambio, nos quiere siempre idénticos para llamarnos traidores si no obedecemos.
También necesitamos referencias.
Las tenemos: cada persona en tu vida puede ser un anclaje. Si reconocemos y aceptamos su diferencia, ellos también nos aceptan y así me encuentro en casa en Londres y en Estambul, pero también en los Balcanes y en sitios como aquí en Barcelona: levantina también.
¿Cuál es su gancho literario?
La historia que engancha es la que no acabas de explicar nunca. En eso el novelista se diferencia del periodista, que siempre quiere explicarlo todo. El buen escritor deja que lo descubra el lector por sí solo.
¿No le gusta ser guía intelectual?
Prefiero perderme y dudar con el lector, porque es en la duda y la debilidad, no en la fe ciega, donde nos podemos reconocer unos a otros. Nuestra única certeza es que la vida es un viaje sin destino que no tiene más sentido que el que logremos compartir con los demás.
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Extracto de una entrevista con Elif Shafak, escritora más vendida en Turquía. Fuente: La Contra de La Vanguardia