
Donald Pettit, astronauta de la NASA: Nos mueve el mismo espíritu que movía a los intrépidos hombres que se adentraron en tierras desconocidas en los siglos XV y XVI, y es importante explicarle a la gente nuestra aventura”
Trescientos setenta días en el espacio. ¿Qué ha entendido allí arriba?
La experiencia de estar en el espacio refuerza tus creencias: si eres ateo y ves la Tierra desde el espacio, llegas a la conclusión de que efectivamente Dios no existe, y si eres creyente, ves la mano de Dios en lo creado.
El planeta Tierra es un oasis hermosísimo en nuestro sistema solar; los colores, los azules, los verdes¿ son vibrantes, están llenos de vida, la percibes.
¿Qué se percibe en el espacio: silencio, vacío?
Vacío, negro…, eso es todo. En el espacio ni siquiera hay temperatura, para poder definirla necesitas sustancia, una vibración de los átomos, y si no hay átomos, no hay temperatura ni sonido. No hay nada de nada.
Pues no parece un sitio muy agradable.
El espacio es una frontera dura. Imagínate a Magallanes surcando los mares, ¿cómo debía de ser esa travesía, los lugares a los que llegaban?… Vivir así era peligroso y extremo, como lo es ahora salir al espacio.
Entiendo.
Y lo que se requiere de un astronauta hoy es la misma predisposición de aquellos conquistadores del siglo XVI. Imaginémoslos en sus navíos, cerca de la costa de Sudamérica, con unas vistas increíbles, pero acechados de peligros.
Dos extremos simultáneos.
Sí, es a la vez hermoso y duro y peligroso y maravilloso.
¿A qué velocidad le dan vueltas a la Tierra?
Hacemos una órbita alrededor de la Tierra cada noventa minutos, y eso son 16 veces al día: 16 salidas de sol, 16 puestas de sol, 16 días y 16 noches cada 24 horas. Esa frontera tiene una fuerza increíble, anhelas volver.
¿Cómo acabó convirtiéndose en el fotógrafo del espacio?
Cuando tenía seis años tuve mi primera cámara y desde entonces me gasté todo lo que tenía en películas. Nunca he parado de hacer fotos.
¿Y les dijo usted a los de la NASA: quiero ser astronauta fotógrafo?
No, es una etiqueta que me colgaron por las fotos que hacía en mi tiempo libre.
¿Ha llegado a pasar miedo allí arriba?
No. A mí lo que me daría miedo sería estar en un campo de batalla. Me temo que para que las cosas den miedo tiene que haber la intervención de un humano.
Desde la perspectiva del espacio, ¿se entiende el comportamiento humano?
Ves los efectos de la agricultura, las talas, la mancha gris de las ciudades.
¿Y?
Necesitamos la agricultura. A duras penas sustentamos a la población mundial. Lo que tenemos que hacer es limitar los humanos sobre la Tierra, pero a los que ya están hay que alimentarlos, vestirlos y darles morada.
¿Le queda algún sueño por cumplir?
Ver a la humanidad colonizar otros planetas del sistema solar…
Breve extracto de una entrevista en La Vanguardia