Cuadros, posters, fotografías y todo tipo de trabajos artísticos que durante un tiempo adornaron las paredes de nuestra casa en su día fueron como «ventanas» que tenían un significado para nosotros. Tal vez ahora han dejado de gustarnos y están amontonados en algún rincón del desván acumulando polvo y suciedad.
Las paredes de nuestra casa reflejan en cierto modo nuestro estado interior. No somos los mismos de hace años, parece que siempre estamos en continua transformación. Por tanto es lógico que la «forma de vestir» de las paredes de nuestra casa cambie con nosotros.
Encontremos nuevos destinos para lo que un día fueron «ventanas» a través de las que se asomó nuestra conciencia y renovémoslas en búsqueda de aquellas que resuenen con nuestro momento actual.
¡Lo único invariable es el cambio!