Marianne Costa dice que continuamente andamos proyectando nuestros problemas familiares en la vida. La vida es un escenario en el que reproducimos nuestro “drama familiar”. Son otros actores los que intervienen en la obra, pero el guión parece estar escrito por el inconsciente familiar.
¿A qué nos referimos en metagenealogía cuando hablamos de diagonales?
El concepto de “diagonal” viene a aclararnos cuales son nuestras motivaciones fundamentales, el modo en que nuestras energías se activan para interaccionar con el otro y cual es nuestro programa preferente de percibir el mundo y de reaccionar ante lo que nos rodea.
Sabemos que la energía se distribuye en cuatro centros pero éstos, a consecuencia de la imprimación que hacen en cada persona su familia, la humanidad y la cultura, se aparean en dos diagonales:
Diagonal fría: egos intelectual y material
Diagonal caliente: egos emocional y creativo-sexual
¿Que podemos preguntarnos para tratar de conocer nuestra diagonal fría?
– ¿Hay creencias morales, religiosas y/o políticas rígidas en mi árbol?
– ¿Sospecho que hay, o he descubierto ya, secretos en mi familia?
– ¿Existen conflictos de territorio, de negocios, herencias o de dinero en mi árbol genealógico?
– ¿Para bien o para mal, se pone mucha atención al cuerpo y la alimentación en mi familia?
¿Y para tratar de conocer nuestra diagonal caliente?
– ¿En mi familia hay heridas emocionales por resolver: amores frustrados, duelos no resueltos? (niños muertos, viudedades eternas…)
– ¿En mi árbol existen proyectos frustrados significativos?
– ¿Hay represión o abuso sexual en mi familia? (homosexualidad oculta, incesto, violaciones…)
– ¿Ha existido prohibición para la creatividad, el arte, la poesía… en alguno de mis ancestros?
¿Cuál es la diagonal dominante?
El sentido de que una diagonal domine a la otra es por un lado la tendencia a la repetición del inconsciente del árbol y por otro, el deseo de compensación y de resolución de su supraconsciente. La diagonal dominante nos programa nuestro sistema de motivaciones, nos habilita una mirada y nos activa para la acción.
Alejandro Jodorowsky y Marianne Costa.