“La vagina es un barómetro que registra con tanta sensibilidad la felicidad de su propietaria que esta puede confiar implícitamente en ella. Si su vagina está satisfecha y funciona bien, sin protestar, entonces es que las cosas funcionan bien en su entorno emocional. Si le pica, le escuece, o tiene espasmos o infeccione, sométase a un tratamiento para aliviar el malestar, pero repase con sinceridad sus verdaderos sentimientos acerca de su compañero o de su vida. Si su vagina es infeliz, es probable que usted también sea infeliz, pero que no lo haya advertido o reconocido hasta ahora. Si es capaz de determinar que es lo que produce su insatisfeacción, evítelo, cámbielo, o quéjese de ello todo lo que pueda y a tantas personas como pueda. Cuando vuelva a recuperar el equilibrio, también su vagina se estabilizará y será feliz”
Dr. Martin Rush, en “Descifra los mensajes del cuerpo” (ed. Vida Natural). Para este atípico psiquiatra, la enfermedad nace de la prohibición de reconocer y expresar las propias emociones.