David Shields: La novela convencional, en mi opinión, sí, es un ejercicio de nostalgia. Se escriben muchas novelas nuevas maravillosas, pero suelen disfrazarse de no ficción. “Novela” significa “nueva”, ese era su significado original. Y hoy hay muy pocas novelas, por no decir ninguna, que sean “nuevas”. El trabajo más innovador es el que se está haciendo en obras que sobrepasan los límites de los géneros o se presentan como libros que son ensayos poéticos.
¿Existe la verdad?
Arabella Kurtz: Si pudiera dar una respuesta rápida sería un genio, o ganaría mucho dinero, o ambas cosas. Al psicoterapeuta le interesa la verdad subjetiva o emocional, y creo que esa verdad existe y que sabemos cuándo entramos en contacto con ella. Cuando se materializa un aspecto de la verdad emocional, tenemos ese sentimiento de conexión y repercusión profunda, de que algo nos ha llegado muy dentro. Pero es una cosa imprecisa, difícil de describir y definir, y fundamentalmente provisional y cambiante.
¿Verdad o versión?
La alianza entre realidad y literatura, entre lo vivido y lo contado, es un matrimonio tan inquebrantable como tambaleante. Y fantasioso. ¿O acaso alguien puede poner la mano en el fuego por la autenticidad de un recuerdo, de una historia, o por la originalidad de una frase, una trama, una obra? Las sensaciones pueden ser dignas de creer, y ni con esas, pero los episodios de la vida propia y ajena trasladados al ISBN pueden ser espejos cóncavos de los que no hay que fiarse. Las razones últimas de la creación están, o pueden estar, en la deformación.
Fuente: El Pais