La muerte es maestra: así como vivas, así morirás.

La muerte es maestra: así como vivas, así morirás.

Hazle caso desde ahora mismo: ¡cultiva el amor!

¿Qué más me enseña la muerte?

Que todo es cambio, que todo muta incesantemente: ¡si te resistes al cambio, sufrirás!

El mayor cambio, está claro, es morirse.

Por eso batallar contra la realidad…es perder siempre. ¡La realidad siempre gana! La muerte te envía cinco invitaciones para vivir plenamente, para bien vivir. ¿Aceptas?

¿A ver?

La primera invitación: “No esperes”. ¡Preséntate ya en tu propia vida! La segunda: “Acepta todo, no rechaces nada”. No significa que todo te guste, sólo que lo confrontes todo, que no rehúyas nada, míralo todo de frente, cara a cara, apréstate a descubrir lo que llegue, sea lo que sea, a asombrarte.

Tercera.

“Pon todo tu ser en la experiencia”. Atendí a un amigo enfermo de sida, sin movilidad, sin habla, con diarreas: le llevaba del retrete a la bañera todo el rato. Esa madrugada yo estaba agotado… Y entonces noté que quería susurrarme algo. Me acerqué a él, y me dijo: “Te estás esforzando demasiado”.

Toma.

La pesadilla se disipó. Yo había querido ser el fuerte, el Superman, y rompí a llorar a su lado, en el váter. ¡Entonces sí estuvimos de verdad juntos, de corazón a corazón, como él me necesitaba! Ahí empecé a ser útil.

Quedan dos invitaciones…

“Busca un lugar de reposo en medio de la agitación”. Una anciana moribunda, sentada al borde la cama, sentía asfixia, estaba muy angustiada, y muy arisca. “¿Tiene frío?”, preguntaba la enfermera, solícita. “¿Frío? ¡Estoy casi muerta!”, replicaba ella, cabreadísima. Le pedí que se fijase en ese momentito al final de cada exhalación de aire. Lo hizo. Se apaciguó. El miedo desapareció de su rostro. Había hallado un lugar de reposo. Veinte minutos después, moría, sosegada.

¿Y la quinta?

“Cultiva el no saber”. ¡No es ignorancia! Ignorancia es empecinarte en un saber erróneo. Pero el no saber consiste en abrirte a explorar, en abrir tu mente al asombro. ¡Hazlo! ¡Ya! Así como vivas, así morirás.

Extracto de una entrevista con Frank Ostaseski, acompaña a personas enfermas en su trance de muerte.

Fuente: La Contra de La Vanguardia

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