La “mega-estrella” como personaje interior problemático.

La “mega-estrella” como personaje interior problemático.

Los grandes equipos en el mundo del deporte (y en otras muchas disciplinas) la suelen tener. Es la encargada de marcar la diferencia de calidad dentro del grupo. Por tanto si uno de nuestros personajes interiores destaca sobre el resto, será nuestra “mega-estrella”. Debería ser de ayuda… Entonces ¿por qué no siempre es así?

Hay muchas estrellas del deporte poco integradas que solo persiguen su propio lucimiento. No trabajan en equipo porque desconocen que la fortaleza del mismo se basa en el correcto balance de sus integrantes y en evitar todo tipo de desequilibrios. Dentro de un sistema, cualquier exceso puede suponer un déficit en otro lugar:

-Si el encargado de las comunicaciones tiene un verborrea incontrolable es posible que le resulte difícil escuchar.

-Una gran especialización supone, en parte,  perder visión de conjunto. 

-Si todo el equipo está pendiente del brillo social, ¿quién se encarga de abrir y cerrar las puertas?  

-etc.  

Imaginemos una función teatral, o con su director a la cabeza coordinando al resto de actores. Encuentran a un actor de renombre y sin embargo los resultados son mediocres porque no está involucrado. La estrella rutilante va por su cuenta y además va dando la nota discordante. Hasta el punto en que lejos de ayudar perjudica al grupo del que no se siente parte.

La obra de teatro es en este caso nuestra propia vida y nos referimos a nuestros personajes interiores:

¿Los conocemos a todos? Difícilmente porque preferimos buscar fuera, es lo que hemos aprendido. ¿Están integrados? ¿Son varios grupos que hacen la guerra por su cuenta? ¿Hay algún personaje tan “divo” que resulta insoportable? Son muchas las preguntas que podemos hacernos.

Tomemos el ejemplo de Sócrates que utilizó la inscripción que lucía en el frontispicio del templo de Apolo en Delfos como pilar de su pensamiento:

¡Oh! Hombre, conócete a ti mismo y conocerás el Universo y a los Dioses” 

Conocernos interiormente puede ayudarnos a integrar nuestros personajes y a las incómodas polaridades. Descubriremos fuera, en el mundo, lo que siempre tuvimos dentro.

Busquemos aquella herramienta que conecte con nosotros y nos permita explorar las infinitas profundidades de nuestro interior.

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