Lo puedo explicar de esta manera: Hace unos años se equiparaba la sociedad de la información con la sociedad del conocimiento y se utilizaban indistintamente ambos conceptos, ¿no? ¿Vivimos en la sociedad de la información o vivimos en la sociedad del conocimiento?
Hoy sabemos que el exceso de información puede dificultar el conocimiento. Estamos rodeados de tanta información que vivimos como peces en el agua, que nunca se han parado a pensar que están dentro del agua.
Para que la información se pueda transformar en conocimiento se necesita realizar algunas operaciones sobre la información. Hay que operar sobre ella, pero para operar sobre ella necesitas dos cosas. Capacidad atencional, lo que decíamos antes, para llevar el gran angular a un foco; y después, insistencia para poder desarrollar esto.
Pero si, con criterios económicos, podemos decir que cuanto más asequible un producto, menos valor económico tiene, diríamos que la información precisamente porque está al alcance de todos, tiene un valor económico reducido. Lo que tendrá un valor, lo que ya lo tiene, pero tendrá un valor cada vez más mayor, será la capacidad para seleccionar de la información ambiental, la información oportuna.
Para eso se necesitan criterios, atención y capacidad de trabajo. Por eso digo que la atención es el nuevo cociente intelectual, porque la capacidad de una persona para moverse de manera inteligente en el medio de la sociedad de la información, va a depender de su capacidad atencional.
Extracto de una entrevista con Gregorio Luri
El País