Joe Dispenza:
En muchos sentidos, la ansiedad es una respuesta saludable a un estímulo externo. Deberíamos estar en un estado acrecentado o excitado cuando damos un discurso, volamos en un avión con intensa turbulencia o nos enfrentamos a una amenaza potencial del Rottweiler que se le ha escapado al vecino. Típicamente, cuando el evento estresante termina, esperamos volver al equilibrio fisiológico … y la mayoría de nosotros lo hacemos.
La ansiedad se convierte en un problema cuando se extiende a nuestras vidas cotidianas. Para una persona con un trastorno de ansiedad, las tareas normales como ir a la tienda de comestibles o incluso salir de casa pueden parecer un desafío insuperable. Para aquellos que sufren de miedo, preocupación o pánico constante, las situaciones normales en su entorno externo pueden ser percibidas como tan amenazantes como enfrentarse con un oso pardo. Con ansiedad clínica, el cuerpo de la persona está produciendo la misma reacción química fisiológica como si estuviera en un encuentro muy peligroso con un animal hambriento. La realidad, sin embargo, es que no existe una amenaza real.
Una serie de eventos repetitivos, altamente cargados y emocionalmente estresantes que ocurren en la vida de una persona en un corto período de tiempo, podrían activar la respuesta de estrés en el cuerpo una y otra vez. Cuando la respuesta al estrés se activa y no puede desactivarse, los mecanismos de supervivencia del cuerpo se activan y pueden permanecer así durante largos períodos de tiempo. Cuando alguien vive en modo de supervivencia, vive en estado de emergencia y está continuamente preparado para el peligro. El cerebro y el cuerpo siempre están muy excitados.
Aquí es donde las cosas pueden ir de mal en peor. En preparación a percibir la próxima amenaza, una persona pensará en algún “peor supuesto posible” futuro, basado en un recuerdo pasado específico, y lo abarcará emocionalmente con tal enfoque y concentración, que su cuerpo comenzará a creer que está viviendo en esa realidad futura en el momento presente. ¿Por qué? Porque el cuerpo es la mente inconsciente. No conoce la diferencia entre una experiencia real en la vida que crea una emoción, o una emoción creada solo por el pensamiento. Como resultado, el cuerpo puede quedar fuera de homeostasis (equilibrio estable) solo con el pensamiento.
Es la redundancia de este proceso lo que condiciona al cuerpo a convertirse en la mente del miedo. En otras palabras, la ansiedad está ahora programada subconscientemente en el cuerpo. De hecho, cuando alguien cae presa de un ataque de pánico, puede tratar de controlarlo con su mente consciente, pero debido a que ha sido programado en el cuerpo subconscientemente, no tienen la capacidad de detenerlo porque su cuerpo se ha convertido literalmente en la mente de la ansiedad.
La fisiología de un ataque de ansiedad puede ser bastante aterradora. De hecho, el aumento de la frecuencia cardíaca, la respiración superficial o dificultosa, el sudor excesivo, el mareo y la sensación de desapego convencen a una persona de que está en peligro mortal. Cuando esto sucede, la rama simpática del sistema nervioso autónomo se enciende y toma el control.
Puesto que los ataques de ansiedad son un subproducto de la hiper-vigilancia – de la preparación constante para la siguiente experiencia estresante – ¿entonces es posible invertir el proceso y enseñar a un individuo, a través de la meditación, a ser consciente de sus pensamientos y sentimientos subconscientes o inconscientes relacionados con un resultado horrible imaginado? Si el propósito de la meditación es ir más allá de la mente analítica, o sea, pasar de la mente consciente a la subconsciente, ¿entonces es posible cambiar el programa del subconsciente? ¿Qué pasaría si a una persona se le enseñara cómo asentar el cerebro y el cuerpo en el momento presente una y otra vez? Viviendo en el momento presente, incluso durante 20-30 minutos seguidos cada vez, ¿no debería el cuerpo (así como el cerebro), comenzar a sentirse seguro, más relajado y, en última instancia, más equilibrado?
¿Entonces sería también posible reacondicionar el cuerpo a una nueva mente? ¿A una mente de paz o alegría, sólo por hacer exactamente el mismo proceso que creó la ansiedad? En otras palabras, ¿qué pasaría si una persona seleccionara una nueva experiencia futura de salud o alegría, y abrazara emocionalmente ese futuro con la misma pasión que creó la ansiedad en primer lugar? Con el tiempo, ¿podría su cuerpo comenzar a estar condicionado a creer que está viviendo en ese escenario futuro y convertirse inconscientemente en la mente de la alegría?
Tenemos tantas personas en nuestra comunidad alrededor del mundo que han practicado la meditación y se han curado a sí mismas de la ansiedad y la depresión con ese mismo proceso.