
Hoy día consumimos de modo generalizado Apps útiles y divertidas que vamos instalando en nuestros smartphones y tablets. Algunas las probamos y las eliminamos al poco tiempo si no nos sirven, otras las mantenemos y las usamos de vez en cuando, otras están ocupando memoria aunque no las utilicemos nunca, incluso se nos olvida que están ahí; y otras, las más valoradas, las mantenemos, aparecen en la primera pantalla del aparato para tenerlas más ameno y estamos atentos cada vez que sale una actualización para no perdernos las novedades y mejoras que ofrezcan sus desarrolladores.
Algo parecido pasa con las creencias que tenemos “instaladas” en nuestro software cognitivo que a veces funcionan como libro de leyes o códigos para entender el mundo, con la diferencia de que muchas de estas Apps cognitivas no las hemos decidido instalar, sino que son introyectos de nuestros padres o herencias de nuestros ancestros o de nuestra cultura. Algunas aparecen en la primera pantalla de la consciencia y otras están a la espalda de esta, actuando desde carpetas ocultas.
Imaginaros que pudiésemos hacer limpieza en nuestro software cognitivo. Eliminaríamos las leyes, lemas, contratos, creencias y pensamientos automáticos que bloquean nuestra evolución, minan nuestra salud y limitan la felicidad de vivir nuestra vida con libertad. Imaginaros que podemos actualizar creencias antiguas adaptándolas a nuestra nueva realidad y nuestros recursos personales actuales.
¿Y si en lugar de imaginarlo comenzamos a hacerlo? Revisar el inventario de creencias que crean un código para leer la realidad que nos rodea y lo que sentimos hacia lo que sucede es una labor quizás larga y complicada. Quizás podamos empezar por instalar en nuestro interior voces que nos traten con amabilidad y compasión como un primer paso.
Carmen Guerrero
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los cuatro acuerdos . miguel ruiz