¿Infinito?

¿Infinito?

En nuestro lenguaje la utilización del concepto de infinito no implica necesariamente algo sin final, sino que puede utilizarse para referirse a algo que se presenta en gran número o cuyas dimensiones son muy considerables. Infinito también puede ser un lugar impreciso, ya sea por su lejanía o vaguedad.

Recordemos aquel cuento en el que un mercader vendía una valiosa alfombra por cien monedas. Cuando le preguntaron por qué la vendía a tan bajo precio respondió que no conocía un valor superior a 100. Puede hacernos gracia y parecernos absurdo este límite intelectual. Pero nos hemos parado a pensar ¿cuáles son nuestros límites emocionales o las fronteras creativas que no osamos cruzar?

¿Cuál es nuestro concepto de infinito cuando lo aplicamos a nuestra vida diaria?