Hoy la idea fundamental es que somos débiles, y se nos presenta un modelo ideal que no incluye la rareza, la diferencia, la timidez o la tristeza como válidos, los incluyen en el término depresión.
La depresión se reduce a un problema de neurotransmisores, por lo tanto no eres tú el melancólico, son tus neuronas, pero puedes funcionar con un fármaco, así dejas de ser un sujeto y te conviertes en un objeto mucho más manejable. Yo creo que es tiempo de recuperar al sujeto.
Una sociedad que abandona a sus ancianos no tiene futuro. La diversidad es riqueza, esa es la fuerza de lo humano. Pero hoy los que no responden al estereotipo son apartados, y la zona del cerebro donde se procesa el dolor físico es la misma en la que se procesa la exclusión.
La exclusión afecta a la biología. A una persona que vive en la calle, que acaba hablando sola o haciendo gestos violentos la calificamos de loca, pero en realidad es una persona con un dolor terrible. Tenemos que encontrar vías para comunicarnos con el otro, lo necesitamos.
Lucy Delannoy (Instituto Neuroarte) . Leer entrevista completa en LA VANGUARDIA