Aquel político se subió al púlpito, con el discurso preparado por su partido, sobre la importancia del agua y la necesidad de los transvases, después de cuatro meses de intensas lluvias e inundaciones en la zona.
Unos meses después, durante la temporada estival, dijo que controlarían los incendios que estaban asolando la región. Y acertó, puesto que el fuego se apagó cuando ya había quemado todo lo que podía ser quemado.
Finalmente, explicó los motivos por los que no haría lo que dijo que iba a hacer durante la campaña electoral en la que salió elegido.
Los políticos suelen ser individuos a los que les gusta vivir fuera de la realidad, al amparo de nuestra estupidez colectiva.
No creas en los políticos. Frente a la creencia ciega, el mejor antídoto es conocerlos.