No me parece justo comparar lo que hacemos con la cámara con lo que sucede en la realidad. El planeta es un enorme plató de rodaje en el que se desenvuelven de manera simultánea miles de millones de historias.
¿Alguien duda de que somos actores interpretando, o improvisando, un papel que muchas veces no tenemos del todo claro?
Prefiero los escenarios abiertos a los cerrados. Estoy bastante convencido de que la vida, aunque la intentemos controlar, se acaba escapando por cualquier rendija.
Intentamos copiar la complejidad de lo que vemos. En la ciudad de los rascacielos tenemos esta calle completamente cortada a la circulación. Sin embargo el rodaje siempre es una aventura en la que la improvisación tiene su papel.
Desde detrás de la cámara realizamos ejercicios de dibujo. En una de las secuencias de hoy, el actor principal está perdido en una ciudad que supuestamente conoce bien. Nos centraremos, además, sobre su concepto de amistad que no pasa de ser un recuerdo lejano y difuso.
En otro plano mostraremos como una simple ofensa a un niño puede desencadenar la violencia más irracional de un adulto. Sobre todo cuando el adulto que reacciona de forma salvaje y su niño interior ofendido están encarnados en la misma persona.
La vida pasa… Desde mi punto de vista no deberíamos tomárnosla tan en serio, ni de forma tan personal. Si no somos capaces de reírnos de nosotros mismos es que todavía no hemos aprendido su lección más importante.