Una voz que no necesita repetir las consignas de los informativos de la televisión o de la prensa y que no se comporta como correa de transmisión de los poderes mundanos. Tampoco es la voz con la que nos comunicamos en nuestro entorno cercano y cotidiano.
¿Y qué es?
Es como una recóndita «fuente» a la que todo ser humano tiene acceso aunque no son muchos los que la descubren durante la vida.
¿No debería ser tan difícil de encontrar?
Su dificultad estriba en que hemos sido entrenados para buscar fuera, en el exterior, cuando el viaje más complejo es el que se hace hacia dentro.
¿Estamos condicionados?
Sí. Los condicionantes, muchos de ellos en forma de “mordazas”, que hemos sufrido en la familia y después en todos los niveles educativos por los que hemos transitado, son obstáculos que impiden encontrarla.
Parece más fácil repetir consignas…
Buscamos formar parte del clan y acabamos comportándonos como ovejas de un rebaño. Si la voz interior se muestra por un casual, la bloqueamos inmediatamente para que no nos expulsen.
¿No dicen que una de las consignas de una sociedad moderna es tener “voz y voto”?
Sí pero sólo una vez cada cuatro años y con indicaciones de votar lo que nos señalan como más conveniente. La voz interior es otra cosa y nada tiene que ver con ello.
¿Cómo podemos encontrarla?
Es el adulto el que consigue encontrarla. El problema es que seguimos escondidos detrás de nuestra “máscara” (la que creamos cuando niños para tratar de sobrevivir en este mundo que no comprendíamos) Es hora de quitarnos las caretas, aunque nunca para presumir de que nos la hemos quitado y alardear de ello, sino para vivir una vida más auténtica y coherente con nosotros mismos.
Parece que no hay una edad concreta para acceder al adulto que llevamos dentro
Nos desconocemos, somos como una tierra inexplorada. No puede ser que nuestro niño interior siga siendo el guía porque no nos llevará muy lejos.
1 Comentario
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Yo busco mas bien acallar mi voz interior que me habla solo de situaciones negativas!!!