“Cuando uno empieza a escribir poesía, entra profundamente en el silencio del universo que lo habita a uno mismo”
«Uno aprende a saber lo que sabe, y aceptar lo que no sabe, porque tanto usted como yo sólo conocemos una parte de la vida, somos fragmentos.”
“Me hablas desde un punto de vista donde ya no estoy, porque yo no estoy en París, yo estoy en el mundo, y no sólo estoy en el mundo, estoy en la galaxia. (…) Yo encuentro que uno de los grandes problemas actuales, es que uno tenga nacionalidad. Primero tener nombre, uno no es perro: ¡Alejandro! (miro para allá), no soy perro, no tengo nacionalidad, no tengo sexo; si estoy frente a una mujer, ahí aparece, si no, no. No hablo en nombre del hombre, hablo en nombre del ser, entonces no tengo edad. ¿Entiendes tú? He tratado de encontrar la libertad mental hasta donde he podido. — ¿Y hasta dónde llegaste? — A hacer una maravillosa entrevista contigo llegué. Le preguntan a Rama Krishna, el más grande místico de la india, si usted lanza una piedra hacia el infinito, hasta dónde llega, y él dijo: llega a mi mano. Todo lo que hice en mi vida fue para sentarme aquí y que habláramos juntos.”
“Hasta que encontré el tarot de Marsella, que es el esencial, y lo empecé a memorizar, a memorizar, y se convirtió en mi maestro, en las cartas mismas, porque son un misterio de la humanidad, tienen el mismo valor que un catedral gótica, esta hecho, yo no se por qué está hecho, pero es sobrehumano.»
“Así con el tarot, psicológicamente, pude comunicarme con el ser humano, y después aprendí a dar: Lo que doy, me lo doy, y lo que no doy, me lo quito, eso es lo que pienso, y no quiero nada para mí que no sea para los otros”
“Lo que haces en un punto, si lo que haces es útil, repercute en todo el mundo. Un maestro zen me dijo: cuando se abre una flor, es primavera en todo el mundo, ¡cómo me gustó!”
“Yo cuando era niño fui al circo (…) le oí un chiste que me cambió la vida. Llega un payaso con otro y le dice: — Usted es extranjero. — Sí, soy extranjero. — ¿Y de dónde es? — De extraja. Yo me sentí extranjero de extranja, soy extranjero de extranja, y estoy en el mundo como extranjero, estoy en el mundo sin ser del mundo, pero quiero al mundo, ¿no es cierto?, entonces si puedo plantar una planta la planto.”
“¡Pero si es maravilloso fracasar! La única frase de mi padre que fue sabia, la única es: de fracaso en fracaso aprendí a triunfar, porque aprendí a fracasar. El más grande triunfo es aprender a fracasar, en resumen, aprender a morir. El intelectual tiene que aprender a morir, si uno no aprende a morir, ha fracasado.
“La vejez es una maravilla, yo me voy observando a mí mismo. Yo vivo fijando la atención en el proceso vital, tanto de mi cuerpo, como de mi sexualidad, de mi emocionalidad, y de mi mente; y no existe la vejez como que tú vas perdiendo células y te pones lo que se dice en Francia un vieillard gaga, un viejo gagá; no existe, porque si tú te identificas a tus pensamientos, ahí te anquilosas, te metes en una jaula mental y envejeces, mentalmente. Es decir, mi fuerza mental no es mis pensamientos. Buda dijo: Verdad es lo que es útil en un momento dado, en un lugar dado, y por alguien dado: eso es la verdad. Entonces todo eso puede cambiar, en la medida en que yo voy cambiando, que el mundo alrededor mío va cambiando, mis verdades van cambiando. Yo me la quito como camisa y me pongo otra.”
“El hombre es humanidad, no es hombre. Entonces hay un destino humano y es ahí de donde vienen los egoísmos. Pero hay el destino de la humanidad. Somos humanidad, entonces, mientras no nos situemos en ser humanidad, estamos en el egoísmo y la destrucción y la auto destrucción. Yo como humanidad ¡quiero conocer todo el universo, quiero vivir tanto como vive el universo y quiero llegar a ser la consciencia del universo!”
“Corporalmente todo el mundo le tiene, si no es un hipócrita, miedo a la muerte. Es decir, mi cuerpo para sobrevivir tiene que luchar por la salud y por vivir. Mi espíritu acepta, me puedo morir ahora en este mismo instante, ya sé que desaparezco, he aceptado la nada. Pero no mi cuerpo. Si tú me amenazas con un cuchillo salto hasta el techo, me escapo o me defiendo, saco un revólver, hago algo, me defiendo. Pero si yo digo voy a morir, me toca morir: voy a morir sonriendo, tranquilo, en cualquier rincón. ¿Que van a hacer de mi cuerpo? no me importa. ¡Que me coman los perros! me da igual, me da igual.”
“Yo empecé mi carrera literaria a los sesenta años. (…) Yo quería no hacer una literatura como de ombligo, de hablar de mis males, de mi individualidad, sino yo quiero hacer un arte para sanar. Yo dije: algo que sirva, que una persona deprimida lea mi libro y salga contenta”
“Yo no soy Kafka, antes estaba acomplejado por Kafka, Dostoyevski, los grandes escritores, el boom latinoamericano… puedo decir que hago mis necesidades en eso. Se trata de que tú seas útil. Antes, el mundo, la gente no se daba cuenta, era inconsciente, entonces los artistas destruían el mundo; pero ahora el mundo está destruido, ahora, la gran revolución es ser optimista. Cuando tú eres optimista eres un escandaloso…”
“Por ejemplo: El evangelio para sanar. Tomo el evangelio que ha estado tan mal interpretado, que hay miles, millones de muertes de mala interpretación: que la Virgen María es una pobre jovencita virgen. Entonces yo hice El evangelio para sanar, porque ahí empieza, en las religiones empieza una enfermedad común. Las viejas religiones: cuando echamos a patadas a la diosa madre y pusimos al dios padre, este viejo cruel y tremendo. Entonces, hay que volver a interpretar.”
“Desde La Biblia hay humor, ¡desde La Biblia! El Génesis tiene mucho humor, llega Dios y dice (Adán se ha escondido), y dice: — ¿Dónde estás? Es cómico porque él lo sabe todo. Entonces le hace un chiste, está jugando con Adán, es muy chistoso.”
Extracto de una entrevista con Alejandro Jodorowsky por Jorge Gestoso