Se preguntaba sobre el significado de aquel sueño en el que vio hasta cuatro veces a un fantasma subir por la escalera de la casa de su infancia. De aspecto joven aunque moviéndose con cierta lentitud y sin mostrar en ningún momento su rostro, ascendía peldaño a peldaño por una escalera desconocida. No recordaba la existencia de aquella parte de la escalera situada en la azotea de su casa. Al parecer el fantasma se desplazaba solo por las plantas más altas, circularmente, utilizando las dos escaleras que en un tiempo existieron.
Su mujer le preguntó por qué no lo había parado. La única forma de encontrar una explicación era afrontar aquella visión directamente con todas sus consecuencias. Aunque el fantasma provocara cierto miedo, tanto si era real como si no lo era, la pregunta que había que hacerse era ¿qué estaba tratando de mostrarle?
Cualquier fantasma puede considerarse como una metáfora de algo que ha quedado atrapado buscando una salida. La imagen de la escalera en la azotea por la que subía aquel joven dirigiéndose a ninguna parte era lo suficientemente clara. Tal vez tratando de alcanzar planos superiores por métodos tan terrenales que no funcionaban.
Recordó que de pequeño pasó mucho miedo en aquella casa en la que percibía cosas que nunca pudo explicar con palabras. Ahora, viviendo a muchísima distancia de la casa -que seguía siendo suya- había soñado con un inquilino desconocido.
¡Algo quedaba por resolver! El sueño solo era una carta que su parte más sabia e inconsciente le había enviado para que se pusiera manos a la obra.
1 Comentario
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Si, yo creo mucho en los sueños….