En los últimos años la literatura médica ha recogido una serie de sorprendentes casos en los que algunas personas que reciben un órgano también incorporan las memorias de los donantes.
Un estudio realizado por la Universidad de Hawái siguió a 10 pacientes a quienes se les hizo un trasplante de corazón y trazó paralelos con la historia de sus donadores. Se encontró que los pacientes tuvieron modificaciones en sus preferencias de comida, música, sexo, arte y elección de carrera. Uno de los casos, un hombre que recibió el corazón de una persona que murió por un disparo en la cara, reportó tener sueños en los que veía destellos de luz y sentía calor directamente en su rostro.
El libro A Change of Heart narra la historia de Claire Sylvia, a quien se le trasplantó el corazón de un joven de 18 años que murió en un accidente de motocicleta. Claire empezó tener sueños sobre un hombre llamado Tim L. y a experimentar antojos de comida que no solía consumir; después de investigar Claire descubrió que su donante se llamaba Tim y que usualmente comía los alimentos que ahora ella deseaba. Paul Pearsall, en su libro The Heart’s Code, recopila distintos caso de trasplante de memoria junto con el corazón, incluyendo el de un donante que cambió de orientación sexual, o casos de niños que pudieron identificar al padre del donante sin conocerlo.
Otro caso documentado es el de la niña Demi Lee Brennan, quien recibió un trasplante de hígado y posteriormente cambió de tipo de sangre y adquirió el sistema inmune de su donante.
Una posible explicación de esto es que la memoria se graba en las células y no sólo en la sinápsis –e incluso tal vez también en las células nerviosas de órganos como el corazón, que tiene también neuronas. Recientemente científicos han descubierto que memorias que se creían perdidas se graban en los núcleos de las células.
Leído en: pijamasurf.com