En la vida es mejor ir ligeros de equipaje

En la vida es mejor ir ligeros de equipaje

Una cosa que aprendí en el Camino de Santiago es que no hay que ir por la vida cargando con cosas innecesarias. Pondré como ejemplo a un joven americano con el que coincidí, que llevaba una mochila con casi cincuenta kilos. Peso que le obligaba a apoyarse en dos bastones y a avanzar con muchísima dificultad. Transcurridas un par de etapas él mismo se dio cuenta que con esa carga no llegaría muy lejos y facturó más de dos terceras partes de su equipaje hacia su casa en Washington. 

Un amigo que, por experiencia sabía de lo que hablaba, me aconsejó que el peso de la mochila en ningún caso debía exceder los cuatro kilos y medio. Me repitió insistentemente que en su interior solo debía tener cabida lo absolutamente imprescindible.

Dice Vicente Cassanya sobre el camino de Santiago que “la peregrinación es la vida misma a pequeña escala. Podríamos decir que es como un fractal de la propia vida. De hecho, a lo largo del Camino se van viviendo diferentes etapas, sensaciones, condiciones climáticas, encuentros personales… Hasta el propio paisaje se comunica contigo y te lleva a diferentes estados de ánimo o reflexiones…”

Por tanto el Camino puede darnos una visión sobre nuestra vida en esta encarnación. Desde el nacimiento hasta la muerte, la llegada a Santiago de Compostela. 

Siguiendo el hilo de esta última reflexión, ¿tenemos claro que cuando llegue nuestra última hora no nos llevaremos nada material de este plano? Si por ejemplo nos centramos en la estantería del trastero, en el caso de tenerla, podríamos preguntarnos cuántas cosas de las que guardamos allí lo hacemos por fidelidad a una época pasada que solo vive en nuestra memoria.

Liberar de cargas a nuestra casa es como liberarnos a nosotros mismos. Es posible que este ejercicio sirva para bajar de peso o en cualquier caso para andar más ligeros por la vida. 

4 Comentarios

  1. Silvio 5 años hace

    Tal cual, y así como la mochila y las estanterías físicas, aplica también la mochila y las estanterías intangibles, todas esas cargas racionales y emocionales de las que a lo mejor no cuesta tanto desprendernos.

    • Aaa 5 años hace

      Realmente no cargas con nada … piensas que tienes algo … una casa , un coche etc… , pero no tienes nada absolutamente nada , nada , todo es producto de tu imaginación… y del banco

      • Autor
        Paco Bou 5 años hace

        ¡Cierto! Mi maestro también dice que nada tenemos, incluso la piel nos la dejaremos aquí cuando nos marchemos.
        Gracias por tu comentario

    • Autor
      Paco Bou 5 años hace

      Creo que el tema que comentas de las cargas racionales y emocionales merece un artículo.
      Muchas gracias por tu comentario

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