¿Cómo es eso?
Nos sentimos tranquilos a este lado de la isla mientras el naufragio ocurre enfrente. De eso están hechos los museos.
…Y la retórica de las novelas y de las películas.
Sí: vayamos a ver cómo se destruye el mundo mientras comemos palomitas. Experimentamos un cierto deleite ante las desgracias de los demás y nos sentimos jueces. Y ahora estamos ante el fenómeno de la representación de la violencia sin justificación, es decir, el mal radical. Hay películas sobre esto que a la gente le entusiasman.
¿Y cómo se lo explica?
Hemos perdido el viejo humanitarismo del siglo XVIII porque condujo a los desastres del XX; hemos puesto en tela de juicio los valores de la Ilustración y nos hemos quedado sin referentes emocionales y morales.
…Y políticos.
Sí, estamos desmantelando por necesidad todo lo que hemos construido en los últimos 200 años y no sabemos qué modelo hemos de seguir. Ninguna nación lo sabe.
Fuente: La Vanguardia. Javier Moscoso, doctor en Filosofía, historiador de las pasiones humanas.