Santos-lugares

El mundo es lo que es, más lo que pensamos y creemos que es.

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Alejandro Jodorowsky: Muchos padres dicen a sus hijos: “Deja de soñar, vive en la realidad”. ¿Cuál? El mundo es lo que es, más lo que pensamos y creemos que es. Llenamos la paz del mundo con nuestros pensamientos, sentimientos y deseos. Le proyectamos nuestras ilusiones y traumas como si la realidad fuera una pantalla de cine. Si nuestro padre nos aterró o decepcionó, tenemos problemas respiratorios porque hemos transformado al aire en ese ser ingrato. Problemas con la madre produce odio a la tierra o suicidios en el mar. Un dictador suplanta a un padre ausente. Si envejecemos o enfermamos, creemos que la humanidad entera va a perecer en un cataclismo. Cada persona vive en un mundo diferente… La siguiente historia puede ser útil para comprender el fenómeno de la proyecciòn:

Un señor, de pronto, se encontró perdido en laberinto que tenía los pisos llenos de agua. Lo angustió sentirse prisionero y lo aterrorizó la sensación de una catástrofe inminente: en cualquier momento los corredores podían ser inundados por una ola que lo cubriría todo. Trató, infructuosamente, de encontrar una salida. El laberinto parecía infinito y era tal la complejidad de su estructura que no podía obtener la visión de conjunto que le permitiese descubrir el camino de la libertad. Se detuvo, vencido. Las aguas, quietas, parecían un espejo. Al verse reflejado en ellas, pensó: “A mí me va mal, pero a mi reflejo le va peor aún. Si yo no salgo, él tampoco podrá. ¡Pobre ilusión, depende de mí!” Este pequeño y triste consuelo pudo alegrarlo un poco. Una euforia sádica comenzó a embargarlo. “¡Además, esta imagen es más débil que yo! ¡Si lanzo una piedra al agua, se deformará!” En lugar de continuar tratando de salir, dedicó su tiempo a buscar un pedrusco. Destrozándose las uñas pudo desprender un ladrillo. Con una risa hiriente, lanzó el proyectil junto a sus pies. El agua estalló en millares de ondas. Esperó que el reflejo se deformara, pero éste siguió intacto observándolo con fijeza desde atrás de la superficie. El hombre sintió que una intensa vibración lo invadía. Su cuerpo se llenó de ondulaciones. Las paredes se deformaron. Todo estalló en un cardumen de manchas enloquecidas. Antes de perderse en la nada, pudo darse cuenta que el reflejo había sido él y que su mundo era una ilusión en la superficie acuática.

Es tan compleja nuestra mente que, a veces, cuando tratamos de realizarnos, no encontramos la solución. El inconsciente amenaza ahogarnos con su ola de inconfesables deseos. En lugar de analizarnos para alcanzar la conciencia, buscamos refugio en prejuicios que nos dan la ilusión de que somos amos de nosotros mismos, para terminar un día viendo nuestra obra, o nuestra personalidad, destruida porque la construimos lejos de toda realidad… Algunos dictadores creen ser los amos, sin darse cuenta que el pueblo que sojuzgan es la realidad y ellos un mal sueño que cesará con el despertar.

EL PLACER DE PENSAR – 14 –

Imagen: Soledad nina_yol

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