-Era un niño eminentemente práctico, que por otra parte necesitaba ir cogido de la mano de una madre que lo acompañara.
¿Por tanto miedoso?
-Sí. Todos los niños lo son en mayor o menor grado. Miedo que el niño escondió muy bien, especialmente a sí mismo. Por ese motivo se construyó un personaje ficticio –como estrategia defensiva- que le servía para taponarlo y de ese modo sobrevivir.
¿En este caso qué contenido tenía ese miedo?
-Estaba conectado con una herida traumática, antigua, con vida propia, que decía que estaba condenado a no tener una relación de pareja. Este mensaje no era sólo algo interno, su entorno cercano y ese espejo que es el mundo exterior se encargaron de repetírselo constantemente. Hasta tal punto que acabó creyéndoselo.
¿Qué otras cosas se escondían tras este gran miedo?
Vino de un sexo no esperado, una muestra de ello es que lo bautizaron con un manto de color rosa. Durante su difícil infancia su mejor amiga fue la soledad. Se sentía indigno de comunicar mensajes en su entorno cercano, sólo callaba y escuchaba.
¿Cuál fue su táctica defensiva?
-Estaba sometido por propia voluntad a una introspección constante, siempre rebuscando por los rincones y persiguiendo detalles imperceptibles. Este disfraz le hacía sentir seguro.
Siempre suele haber algún aliado disponible, ¿o no?
-Pasar a la acción y convertirse en un comunicador práctico con los pies en el suelo es la gran baza que pudo utilizar…
Una táctica que consista en dar vueltas y más vueltas en un entorno conocido no lo llevará muy lejos.
-Así es. En el camino de la madurez, cuando se decida a dar el paso, el niño tendrá que expansionar su conciencia hacia fuera. En su maleta había una clave poética, que no era capaz de interpretar, que decía: “estás en un viaje del viaje”.
Tampoco soy capaz de comprenderla.
-El camino de la madurez es un camino de libertad. En este caso el secreto era dejarse expansionar por la naturaleza buscando una trascendencia ecológica, confiando en su naturaleza humana. Debía dejar de vivir en espacios excesivamente parcelados –clásicos de su lugar de nacimiento- y buscar una tierra sin fronteras. Su destino parecía asociado a los viajes largos, fuera de su seguridad y lejos de su zona de confort.
Dicen que el viaje del guerrero es siempre fuera de los límites conocidos. ¿Quién querría quedarse encerrado?
-Quedarse en su entorno –excesivamente conocido- era encerrarse en una jaula. Debía de ser capaz de expresar el mundo de las ideas a través de la naturaleza ancha, de la ecología.
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Breve extracto basado en el Método Lupo de interpretación astrológica (Aproximación al sentido de la existencia) Vicente Lupo Mora. Método que Juan Trigo explica y utiliza.