
Pero el mundo no se rige por eso.
No, pero podría. Uno de mis maestros, cuando mira a su alrededor, siempre dice: “¡Menudo espectáculo este mundo!”.
¿Cuáles son las enseñanzas que más le han servido?
Comprender la diferencia entre amor y compasión. El amor es el deseo genuino de llegar a la felicidad, la compasión es el siguiente nivel: siento tu sufrimiento y quiero ayudarte. Y ya sabemos quiénes son los grandes en eso: Jesucristo, Buda, Gandhi…
Gente extraordinaria, no es muy habitual.
Lo es, en realidad no hace falta ni pensar, es como un picor, si el mundo sufre, haces algo para ayudar. El verdadero compromiso es totalmente espontáneo. Yo soy tú, nosotros somos ellos.
¿Medita a diario?
Sí, mínimo una hora.
¿Qué le falta por experimentar?
Quiero estar ahí para mi hijo, de la manera más amplia y profunda posible. Y quiero más y más profundidad en mi vida.
¿…?
Sentir esa luz extraordinaria que hay en nuestro interior y permitir que sature toda mi existencia, que esos ideales de compasión de los que hablábamos no sean conceptuales sino completamente espontáneos.
Usted pertenece al imaginario colectivo.
Si no estás atrapado en él puedes ver lo ridículo de todo ese espectáculo que nos rodea: la falsa realidad, que no es más que un juego.
Extracto de una entrevista con Richard Gere en La Vanguardia