Las críticas, los juicios, las limitaciones desproporcionadas, así como las sobreexigencias, ¿te han amargado la vida desde la infancia? ¿lo siguen haciendo en la adultez? ¿A veces tus necesidades genuinas se ponen en guerra con esos duros jueces? ¿Sientes como una mano encima que no te deja libertad para crecer?
Cuando el enemigo está fuera, podemos evaluar su fuerza y sopesar nuestros recursos para hacernos cargo de la situación. Podemos atacarlo, evitarlo, escapar… ¿pero qué hacemos cuando lo llevamos dentro?
En un artículo anterior quisimos acercarnos al “yo crítico” interior con un mini-test para calcular cuanto lugar ocupa en tu sistema psíquico https://planosinfin.com/talla-usa-critico-test-medirlo/
Hoy vamos a seguir conociéndolo, con el objetivo de transformarlo: de enemigo en aliado.
Te invito a acomodarte en un lugar tranquilo y cómodo, en un espacio en el que nada te interrumpa durante el ejercicio. Cierra los ojos y pon la atención en tu respiración durante unos instantes. Afloja tu musculatura y sé consciente de todo tu cuerpo. Arraiga bien tus pies en el suelo si estás sentado o sentada. O siente el contacto de la parte posterior de tu cuerpo si estás recostado o recostada.
Sigue unos instantes más atendiendo a la respiración, sin cambiar nada.
A continuación, trae a tu mente el recuerdo de algún episodio en el que hayas sentido una voz crítica dentro de ti. Puede ser algo reciente, o algo vivido hace tiempo. Confía en lo que venga de manera natural, sin forzarlo con el intelecto.
Ahora trata de ponerle imagen a esa parte de ti que te riñe, te critica, te juzga, te exige. No valores la imagen que aparezca en tu mente, solo obsérvala. Pasa de un detalle a su globalidad. ¿Tiene forma humana o qué otra forma tiene? ¿De qué edad sientes que es? ¿Cómo va vestida? ¿Qué colores la envuelven? ¿Dónde la sientes? ¿Fuera o dentro de ti? ¿En qué parte? ¿Qué sensación te genera?
Termina el ejercicio agradeciendo a esa parte que se haya mostrado. Respira tres veces de manera profunda, luego estírate y ve abriendo los ojos poco a poco, volviendo a prestar atención a la habitación en donde estás.
Puedes escribir unas notas y dibujar lo que has visualizado y sentido. En un siguiente artículo daremos otro paso más en el conocimiento y transformación de nuestro “yo crítico”.