La motivación es el motor de las acciones voluntarias. Al decir “cuando tenga ganas de ir al gimnasio, haré ejercicio”, en realidad estamos expresando que hoy no nos motiva tanto como para colocarnos el chandall y ejecutar ese plan. A veces a ese fenómeno le llamamos «pereza«. No es nuestra prioridad. Tampoco puede que sea nuestra prioridad ahora mismo limpiar el piso, pero si se revienta una tubería, sí nos motivará poner a funcionar la fregona por el suelo de la habitación.
Podría ser que en nuestro sistema interno de puesta en marcha de la acción se hayan instalado dos lemas: “lo urgente tiene prioridad frente a lo importante” y “cuando tenga ganas, lo haré”. ¿Te suena?
La buena noticia es que los lemas se pueden revisar y “reeditar”. ¿Qué te parece si instalamos el lema “Si es importante para mí, lo haré aunque empiece sin ganas”?
Ejecutar una acción (que tiene algún nivel de prioridad para una parte de nosotros, pero no para otra que le motiva otra cosa o simplemente le da pereza), tiene el poder de retroalimentar la motivación. La misma acción en marcha nos llena de energía y sus resultados nos refuerzan, nos animan, aunque nos costara arrancar el motor.
Si lo anterior te resuena, te propongo un ejercicio de acción y registro que te ayudará a desbloquear la motivación. Tómatelo como un experimento:
-Escribe una lista de 7 actividades que de verdad te gustaría hacer pero que no “arrancas” para llevarlas a la acción.
-Escoge una y haz un sencillo registro: valora tu nivel de ganas de 0 al 10 al iniciar la actividad. La realizas. Al terminarla, valora el nivel de ganas que has tenido en la última fase de la ejecución también de 0 a 10.
-Prueba con las 6 restantes.
¿Qué sucede con esas ganas? ¿Mereció la pena comenzar a actuar? ¿Tomas para ti ese lema de “Si es importante para mí, lo haré aunque empiece sin ganas”?
Si lo deseas, puedes comentar tu experimento en los comentarios de esta entrada. Tus experiencias e intereses nos inspirarán para nuevas reflexiones y ejercicios.
5 Comentarios
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Pasar a la acción, en función de la actividad de que se trate, no resulta igual de sencillo para todo el mundo. Todos tenemos nuestras aficiones y también nuestras fobias. Me parece una excelente idea lo del registro para valorar las ganas de 0 al 10 al iniciar la actividad. Y más tarde valorar el nivel de ganas que he tenido en la última fase de la ejecución.
¡Creo que podemos aprender mucho sobre nosotros mismos y de eso se trata!
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Hola! Gracias por la aportacion!
Comentar que no me resulta dificil hacer algo a pesar de no tener ganas, y logro ver el aumento de motivacion al finalizar, hasta cierto rendimiento positivo en el dia por haberlo hecho. Mi » problema es continuar haciendolo…» Y desarrollar esa actividad cada vez mas. O finalizar cierta tarea que me guste, antes de esforzarme por cumplir, con aquellas que «debo».
Conectar con la motivacion, me quedo atras…
Que me sugieren?
MUCHAS GRACIAS. Abrazos!
Hernan.-
Autor
Hola, Hernan. Gracias por tu comentario. Cierto que la constancia en continuar con actividades que gustan y que no son «deberes» es otro reto a conseguir. Por un lado está la fuerza de los hábitos y por otro, esa parte interna que por educación o modelos de influencia en la crianza, impulsa hacia el deber, hacia ser productivos mas que a disfrutar de la vida. A veces, un sencillo horario semanal en el que visualmente se marquen los tiempos reservados para las actividades de placer y de deber (con diferentes colores mejor), calma a esa parte «hiperrresponsable» y nos sentimos con más permiso y espacio para practicar con constancia lo que nos gusta, hasta que se convierta en hábito.
Un abrazo para ti.
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Hola!!!
Me encantó la transmutación del lema!!
Lo lleve a cabo en una actividad y me encuentro más a gusto conmigo. ahora lo empleare en otras actividades.
Muchas Gracias.
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Autor
Estupendo que te sintieras mejor contigo mismo! Ánimo para seguir adelante! La constancia es importante para unos resultados duraderos. Un abrazo muy fuerte.
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