-Me comprometo a escucharte con la mente abierta, sin colocarte etiquetas ni prejuzgar tu mensaje.
-Me comprometo a expresar mis emociones, mis sentimientos y mis necesidades y así, facilito que me comprendas.
– Me comprometo a no culparte de mis enfados. Mi rabia es producto de una necesidad no satisfecha, y yo soy la única persona responsable de elegir darme lo que necesito.
– Me comprometo, ante los conflictos, a focalizar mi discurso en las soluciones más que en el problema.
– Me comprometo a alejarme de al crítica inútil y acercarme a la lección que el conflicto nos enseña.
– Me comprometo a expresar agradecimiento, informándote sobre que fue lo que hiciste que cubrió una de mis necesidades y como me siento por ello.
– Me comprometo a pedirte sin exigencias, sin juicio y sin chantajes.
-Me comprometo a escucharte cada vez que lo necesites, y hacerlo con atención, con tiempo y con respeto.
-Me comprometo a escucharte también con el corazón, porque sé que el exceso de intelecto bloquea la empatía.
– Me comprometo a escuchar no sólo tus palabras, porque sé que también te comunicas con tu cuerpo, con el tono de voz y con tu silencio.
Parejas Sin Fin