
Ejercicio que parece imposible porque el niño, por propia definición, puede resultar cambiante y escurridizo. Ejemplifiquemos esta descripción con un diálogo:
En primer lugar dejemos que ese niño se exprese a su modo.
Dijo el adulto: “El niño sigue siendo mi verdadera carta de presentación, incluso en la actualidad. Más allá de estar obsesionado con la puntualidad y de tener un comportamiento puntilloso y excesivamente perfeccionista, lo sigo utilizado como una máscara o camuflaje en mi estrategia de defensa”
¿Se refiere a que si usted fuera un libro, la imagen de la portada sería ese niño?
¡Cierto! Una imagen “dominante”. Un personaje que aparenta cercanía pero al mismo tiempo resulta bastante inaccesible. Difícil de conocer.
¿De qué cree que se está defendiendo?
De los muchos miedos con los que carga. Se trata de un niño al que le tocó vivir una infancia en un territorio intenso y complejo.
Por favor, dejemos que sea el niño el que se exprese. De ese modo entenderemos mucho mejor sus conflictos.
Nunca me sentí cómodo en el lugar donde nací por la exigencia del entorno. Un alto muro parecía rodearme, era como vivir en una cárcel. Como no quería ser descubierto, interpreté un papel para encajar con aquel entorno áspero.
Ningún niño quiere ser descubierto, pero sigamos. ¿Es verdad que eras un niño muy miedoso?
Sí. A la dureza del entorno, inflexible con horarios y comportamientos había que añadir el miedo irracional que suponía percibir cosas que intuía que venían de otros planos. Mensajes siempre inquietantes por ser incomunicables.
¿Qué puedes decirnos al respecto de tus necesidades como niño?
Estaban en manos de los otros, no era algo que yo mismo pudiera satisfacer. De ahí mi lágrima fácil y mi protesta continua. Puedo confirmar que a los niños casi nadie los escucha, ni trata de conocerlos, ¿cómo podrían acertar con lo que necesitaba?
¿Alejarte de aquella complejidad indefinible buscando otros territorios menos intensos se convirtió en un objetivo?
Una cierta distancia me hacía sentir bien. Pero esa información pregúntala al adulto…
¿Qué diría el adulto al respecto?
¡Gracias por existir!, sin ti no estaríamos ahora aquí.